La inflamación escrotal recibe el nombre de orquitis. La etimología es lógica y la palabra deriva de la griega orkhis, que es testículo, pero hay que evolucionar el lenguaje y adaptarlo más a nuestro tiempo. La palabra más adecuada para expresar la patología que provoca el escroto aguado y tenerlos muy gordos es Lesmes. No hay nadie más desahogado en la política española que Carlos Lesmes para definir a alguien que tiene los huevos gordos, sustituyamos la orquitis por la lesmesitis como término que representa a aquel que da lecciones sobre un tema del que es el máximo exponente.
Carlos Lesmes es un señor del PP que está donde está por ser del PP y por seguir la doctrina del PP. También es juez y presidente del Consejo General Poder Judicial, pero eso es secundario y no podría haberlo conseguido sin ser completamente servil al Partido Popular. Cuando se habla de la politización de la judicatura se pone el foco únicamente en los partidos políticos, como si los jueces fueran infantes que necesitan tutela y que no pueden mantener su independencia. Cuando un juez como Lesmes es controlado por el PP lo hace porque quiere y porque dejarse controlar le provoca unos beneficios sustanciosos. Hacer carrera en la judicatura es posible porque jueces se dejan controlar y saben que siendo serviles a los partidos con posibilidad de gobierno van a tener una carrera muy enriquecedora.
La legitimidad de Carlos Lesmes hace tiempo que desapareció para dar lecciones desde un púlpito. El señor de la orquitis aguda se atrevió a censurar al gobierno por la decisión soberana de otorgar los indultos y por la argumentación política que dio en el debate público para defender una decisión legal del ejecutivo. Hay que estar muy pagado de sí mismo para querer hacer política desde un órgano que está incumpliendo la Constitución desde hace tres años. Es cierto que política es lo único que ha hecho Lesmes en su vida, pero que sea decente por una vez en su carrera y lo haga como Enrique López presentándose en unas listas con el logo del PP que el presidente del CGPJ lleva oculto bajo la toga.
Lo único que tendría que haber hecho Carlos Lesmes en el discurso de apertura del año judicial era anunciar su dimisión y así provocar que se renovara el consejo que él preside y que lleva más de tres años caducado e incumpliendo la Constitución. Lesmes es el único que no precisa del acuerdo del PP y el PSOE para la renovación del órgano que preside, si cree que es insostenible la situación le basta con presentar una carta de renuncia. La desvergüenza del títere de los conservadores en el CGPJ se atrevió a pedir la renovación sin personalizar en el único partido que impide la renovación por que ya lo controla y practicando la equidistancia amoral que en España es tan bien recibida.
Hay dos responsables antisistema en las instituciones de este país. Uno es Pablo Casado en la oposición y otro Carlos Lesmes en la presidencia del CJPG. Individuos sin escrúpulos que prefieren pisotear la Constitución y destruir la credibilidad de las instituciones por interés personal. En el caso de Casado se debe a la ambición por lograr el poder arrastrando a España al descrédito y sin importarle arrasar con la convivencia con tal de lograr su objetivo, el de Lesmes es más mundano, en su puestín otorgado por los conservadores gana 142.000 € y mantiene chófer. Llevar tres años de más en un puesto caducado son 426.000 €, tres años en los que lleva dando lecciones de moral a los representantes del pueblo elegidos democráticamente. Es que hay que tenerlos muy gordos.