El 13 de abril de 1985 el partido del Reich Nórdico se manifestaba por las calles de la ciudad sueca de Växjö en contraposición a otra manifestación del partido comunista. El fotógrafo Hans Runesson del diario Dagens Nyheter salió a cubrir los hechos siendo consciente del riesgo de enfrentamiento que había entre los fascistas y los antifascistas. Lo que captó pasaría a la historia de Suecia y del movimiento antifascista. Danuta Danielsson, una mujer judía de 38 años, golpeó con un bolso en la cabeza a un neonazi que participaba en la manifestación. Danuta era hija de una víctima del Holocausto internada en un campo de concentración en Polonia, el neonazi golpeado era Seppo Seluska, que ese mismo año sería condenado por torturar y asesinar a un judío homosexual. Al neonazi le humilló todo lo que él odiaba.
Tras la acción de Danuta una multitud que salió para protestar contra los neonazis comenzaron a lanzarles huevos, arrancarles las banderas de Suecia y obligarles a huir a la estación de tren desde donde la policía tuvo que llevárselos para que no fueran apaleados por la multitud encendida por el primer gesto valiente de Danuta. La fotografía de Runesson dio la vuelta al mundo como gesto de defensa por los derechos civiles, una acción antifascista que se concretó en 2019 con la construcción de una estatua en honor a Danuta.
Danuta ha sido ejemplo para Nadia. Aunque ella no lo sepa. Nadia Otmani acobardó a Javier Ortega Smith al reprocharle su discurso sobre la violencia machista. Nadia es una mujer, de Marruecos, migrante y víctima de violencia machista por proteger a su hermana de su agresor. Desde una silla de ruedas plantó cara al fascismo siendo inconsciente de que representa todo lo que VOX odia, todo lo que VOX teme. Valentía antifascista ante quien solo supo responder mirando hacia ningún sitio. Javier Ortega Smith como buen falangista solo está acostumbrado a mostrarse valiente con la minoría indefensa y con el grupo respaldándole, siendo muchos contra unos pocos. Así llevan años los suyos campando por las calles como chacales en manadas, es lo que tienen aprendido y esa cultura política no se olvida por mucho que se institucionalice y ahora hable desde un púlpito facilitado por sus socios de PP y Ciudadanos. Fuerte en grupo, cobarde en solitario. Nadia es nuestra Danuta y ha de ser ejemplo para todos.
Gestos como el de Nadia tienen que ser replicados en cada foro, en cada casa, en cada bar, en cada colegio, universidad y espacio de trabajo. Su mensaje se ha envalentonado porque no encuentra respuesta. Acobardad al fascista. No son nada en cuanto se les planta cara con la verdad, la dignidad y el orgullo.