Mala vida
Diamantes de sangre, Jordi Cinca y la justicia española
"Es la primera vez que la justicia española saca el bisturí para diseccionar a alguien que, con poder político en Andorra y con inmunidad, presuntamente se llenó los bolsillos a través de la explotación y el comercio ilegal de oro y diamantes".
Cuando en 2016 LaSexta se puso en contacto con el entonces Ministro de Hacienda de Andorra, Jordi Cinca, para confirmar si había tenido a su nombre una empresa offshore en Panamá a través del despacho Mossack Fonseca, Cinca dijo de forma ecléctica y por medio de un intermediario que “no sabía nada”. Cuando días después, los informativos de LaSexta aseveraron y difundieron con detalle y con documentos que, efectivamente, el que era responsable de las finanzas de un país con la aureola de haber sido un paraíso fiscal, dispuso de una offshore en Panamá, el Ministro se puso en contacto con este medio y dijo que sí, que ahora que lo decíamos que sí, que recordaba que hacía un tiempo tuvo “algo” en Panamá. Ese “algo” era una empresa offshore que se llamó Mariette Holdings
Con el paso del tiempo, Cinca, que no dimitió pese al escándalo que provocó este asunto, fue noticia por otra cuestión. El presidente de la empresa Orfund, el empresario andorrano, Joan Samarra, le denunció a él y a su amigo personal y hombre de confianza, Manuel Terrén, por administración desleal y apropiación indebida. Samarra era el presidente de una sociedad dedicada a la fundición de oro y a la distribución de diamantes. En 1995 contrató al quien por entonces era Conseller General d’Andorra, Jordi Cinca, y éste, una vez se hizo con el control de la compañía, fichó al ciudadano español, residente en Andorra, Manuel Terrén.
Cinca lideró la expansión de la compañía con la creación de las empresas NCI, Blue Stone y Fofana Tranding en Costa de Marfil y Liberia, a cuyo frente nombró como director general a Terrén.
Pasaron los años y Samarra primero tuvo la sensación y después la íntima convicción, de que Cinca y los suyos le estaban sisando dinero y oro. Así lo expuso en esa demanda que interpuso en los juzgados de Barcelona. Según Samarra, Cinca no sólo estaba haciendo negocio con los llamados “diamantes de sangre”, sino que se estaba esquilmando a la sociedad, según se expuso literalmente en aquella denuncia. Cinca contraatacó con una demanda por un delito contra el honor contra Samarra y la ganó.
Ahora hemos sabido que un trabajador africano, uno de los muchos explotados por las empresas que dirigió Cinca junto a su amigo Terrén en Liberia y Sierra Leona, ha denunciado de momento al segundo por un delito contra la humanidad, otro de esclavitud, un delito contra las personas en caso de conflicto armado y otro de pertenecía a organización criminal.
La Audiencia Nacional ha admitido a trámite la querella y ha dictado para el próximo día 7 de febrero diversas declaraciones de directivos de Orfund. Es la primera vez que la justicia española saca el bisturí para diseccionar a alguien que, con poder político en Andorra y con inmunidad, presuntamente se llenó los bolsillos a través de la explotación y el comercio ilegal de oro y diamantes.