"Pico y pala" era uno de los lemas políticos a los que recurría habitualmente Esperanza Aguirre, para presumir de su capacidad de trabajo. Viene al caso estos días por las imágenes que de sí mismos nos han querido trasladar los políticos, con los estragos que ha causado el temporal en varios puntos de España.
Una de las pocas certezas que hay es que ningún partido tiene la culpa de que nieve o haga frío, pero nuestros dirigentes actúan como si no fuera así. Caen copos y ellos ya están maquinando para ver a quién pueden responsabilizar de las inconveniencias que sufren los ciudadanos y para ver cuál es la mejor manera de rascar unos cuantos votos. Filomena no ha sido una excepción. Nuestros representantes hubieran podido simplemente ponerse a trabajar juntos para minimizar las consecuencias del temporal y después analizar cómo mejorar para la próxima vez, pero no. Todavía no había dejado de nevar y ya estaba el PP acusando a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias de estar encerrados en sus casas disfrutando de "mantita y peli". Y eso a pesar del concurso de los medios del gobierno central, por ejemplo, en Madrid y de que se han programado dos ruedas de prensa diarias de los ministros de Interior y Fomento.
No es necesario que las comparecencias las haga Sánchez personalmente para determinar su grado de implicación en el asunto. ¿Que puede estar bien? Sí. ¿Que puede, llegado el caso, poner sencillamente a trabajar a los ministerios afectados? También. Lo contrario podría rozar el postureo, que casi todos lo trabajan también con intensidad.
Algunos políticos actúan más a menudo como si fueran influencers en redes sociales, que representantes públicos al uso. Tienen serios problemas para encontrar el equilibrio entre ambas cosas que, combinadas en su justa medida, pueden estar bien. Mientras criticaba la desaparición del presidente del Gobierno, el PP hacía llegar a los medios unas imágenes de Pablo Casado con una pala a las puertas de un centro de salud. Como si fuera Nadal, ayudando a los afectados por las últimas inundaciones en Mallorca. ¿Qué habrían dicho si Sánchez o Iglesias hubiesen hecho lo mismo? ¡Populistas! También vimos al alcalde de Madrid empujando coches o a Ignacio Aguado, de Ciudadanos, dándole a la pala en su calle con mocasines. Hacer eso equivale a afirmar que habría sido mejor para todos que Sanchez se hubiera puesto al volante de un quitanieves para dar tumbos por el Paseo de la Castellana. Y francamente, no. El Presidente ya se ha hecho muchas fotos, incluidas las del Falcon con gafas de sol. ¿Podrían simplemente gestionar las cosas que nos pasan sin caer en el histrionismo o la sobreactuación? Igual va y se les da bien.