Hace unos días se reprodujo en varios medios de comunicación una nota de prensa que alertaba de la presencia de "sustancias sospechosas de ser disruptores endocrinos" en algunos productos de protección solar. Las sustancias mencionadas son el octocrileno y el homosalato, dos ingredientes ampliamente utilizados en cosmética como filtros ultravioleta. Esto ha generado muchas dudas y miedos en los consumidores. Sin embargo, las autoridades sanitarias aprueban el uso de estas sustancias porque el consenso científico es que son seguras y su uso en cosmética se considera beneficioso para la salud. Es muy irresponsable que en pleno verano se difunda información falsa que pudiese disuadir a la gente de usar cremas de protección solar.
Casi todos los veranos se publican noticias similares que confunden y atemorizan. Un año se inventan que hay cremas solares en el mercado que no tienen el factor de protección solar que dicen tener, otro año le toca al ingrediente de turno, ya sean sulfatos, parabenos o cualquier otro compuesto que suene a "química" y que más de la mitad de la población no sabe qué es. Porque todo el mundo conoce el compuesto químico 'agua', pero no todos saben qué es el 'octocrileno', así que el primero no es tan útil para asustar, pero el segundo sí. La incultura científica y el sensacionalismo forman un cóctel desinformador perfecto.
Los disruptores endocrinos son sustancias que tienen la capacidad de imitar a las hormonas, suplantándolas, inhibiéndolas o estimulándolas. Sus efectos sobre la salud son variados, algunos alteran el sistema inmunitario, otros el reproductivo y otros están relacionados con algunos tipos de cáncer. Por esa razón, cualquier sustancia susceptible de ser un disruptor endocrino se estudia en profundidad en ensayos toxicológicos. La toxicología es una rama de la ciencia que identifica, calcula la dosis y estudia los mecanismos por los que cualquier sustancia puede tener un efecto tóxico sobre la salud –humana, animal y medioambiental–. Todas las sustancias son tóxicas a partir de una dosis, lo interesante es conocer qué tipo de toxicidad presentan, cuáles son las vías de exposición, si interactúan con otras sustancias, si se acumulan en el organismo y a partir de qué cantidad se consideran peligrosas. Por ejemplo, el agua en la dosis adecuada es fundamental para la salud, pero a partir de cierta dosis resultaría tóxica. Se puede decir lo mismo de cualquier sustancia. Los ensayos toxicológicos permiten definir esas dosis, de tal manera que luego quedan reflejadas en los reglamentos en forma de concentraciones permitidas para cada sustancia.
En el marco del Reglamento Europeo de Productos Cosméticos, la Comisión Europea ha identificado 28 sustancias sospechosas de ser disruptores endocrinos. El Comité Científico para la Seguridad de los Consumidores (SCCS) es responsable de examinar su posible actividad endocrina perjudicial para la seguridad del consumidor. Un primer grupo de 14 sustancias fue tratado de forma prioritaria en 2020. Tanto el homosalato como el octocrileno formaron parte de este grupo de estudio.
El octocrileno es un filtro solar orgánico que absorbe la radiación ultravioleta. Tiene su máximo de absorción a 307 nm, por lo que es un excelente filtro protector de toda la radiación UVB y más de la mitad de la UVA. Se usa para proteger el propio producto de la degradación y, sobre todo, para proteger la salud, evitando las quemaduras solares, la formación de radicales libres, la destrucción de la elastina y el colágeno, las mutaciones en el ADN y previniendo el melanoma y el carcinoma de células basales, entre otras enfermedades causadas por la exposición solar. Es indiscutible que los filtros ultravioleta son ingredientes beneficiosos en los cosméticos. Además, el octocrileno tiene la ventaja de funcionar sinérgicamente con otros filtros, lo que permite una fotoprotección amplia. Por ejemplo, estabiliza la avobenzona, un filtro particularmente efectivo contra los rayos UVA largos. Además, permite formular productos solares resistentes al agua.
Como todos los ingredientes utilizados en cosmética, el perfil de seguridad del octocrileno está constantemente bajo evaluación por parte de la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA). En última instancia, el SCCS es el responsable de examinar su posible actividad endocrina y decidir, en función de todos los ensayos toxicológicos publicados, si esta sustancia es segura y en qué cantidad se debe emplear. Los datos disponibles muestran que el octocrileno no tiene ningún potencial de alteración endocrina. Según estos resultados, el octocrileno puede considerarse seguro cuando se utiliza como filtro ultravioleta en productos cosméticos en una concentración de hasta el 10 %.
El homosalato también es un filtro solar orgánico que absorbe la radiación ultravioleta. Tiene su máximo de absorción a 306 nm, por lo que en cosmética se usa como filtro protector frente a toda la radiación UVB. Es un muy buen disolvente de otros filtros, lo que limita el uso de otros compuestos oleosos y así se evita la sensación grasa y pegajosa que dejan algunos productos. El homosalato comparte con el octocrileno que ambos aumentan la adherencia, haciendo que las fórmulas de los cosméticos sean más ligeras, fáciles de aplicar y reaplicar, sin dejar rastro en la piel, lo que resulta de especial interés en productos de protección solar, tan importantes para la salud y que se deben usar a diario.
Es indiscutible que los filtros ultravioleta son ingredientes beneficiosos en los cosméticos"
El homosalato está autorizado en todo el mundo. Es biodegradable, no es bioacumulable y no tiene toxicidad acuática conocida. Sobre la base de la evaluación toxicológica, y teniendo en cuenta las preocupaciones relacionadas con las posibles propiedades disruptoras endocrinas del homosalato, el Comité Científico para la Seguridad de los Consumidores (SCCS) establece que el homosalato es seguro como filtro ultravioleta en concentraciones de hasta el 7,34 %, incluyendo cremas faciales y espráis.
Todos los productos cosméticos se formulan atendiendo a las dosis establecidas por las autoridades sanitarias. Primero el SCCS establece las cantidades, y después las agencias reguladoras de cada país las incluyen en sus propias normativas. En España, la autoridad sanitaria que regula los cosméticos y vigila que todo lo que llega al mercado cumple con los estrictos controles de seguridad es la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
La nota de prensa que propició toda esta vorágine desinformativa acerca del octocrileno y el homosalato procede de la asociación privada OCU (Organización de Consumidores y Usuarios). Lo que hicieron fue leer la etiqueta de 29 cremas, elaboraron una lista de productos que contenían estas sustancias, y recomendaron a los consumidores que no comprasen esos productos y que revisasen la lista de ingredientes antes de comprar cualquier otro, descartando los que tuviesen homosalato y octocrileno ya que, según ellos, son potenciales disruptores endocrinos. Sin embargo, no es potestad de la OCU decidir qué sustancias son seguras. Eso es potestad de las autoridades sanitarias. Además, en la nota de prensa enumeraron unas cremas solares pediátricas que contenían estos ingredientes.
Cocinaron el caldo perfecto para granjearse la notoriedad en los medios de comunicación: quimiofobia, miedo a comprometer la salud, sobre todo de los niños pequeños, atacar a un sector sobre el que hay tantos prejuicios, y las siglas de una empresa privada, la OCU, aprovechándose de que mucha gente la confunde con una organización pública. Casi todos los años hacen lo mismo con las cremas solares, así que esta campaña no sorprende a nadie. Lo que no sé es si detrás de toda la desinformación que propagan hay maldad o ignorancia.
Constantemente se publican estupideces y mentiras sobre los filtros solares, o sobre el ingrediente cosmético de turno. Constantemente hay que desmentir bulos que crean dudas, desinforman y desprotegen a los consumidores. Así que, por favor, no compartáis información falsa y sensacionalista. Protegeos de la radiación solar, y usad cremas solares con tranquilidad. Todas las cremas que hay en el mercado son seguras. Ninguna crema contiene tóxicos. Tóxica es la desinformación.