Usted, servidor, una familia de Murcia o una pareja de Lugo no llegamos a la tan mentada nueva normalidad hasta el lunes 22. Entonces podremos desplazarnos por todo el territorio nacional con las debidas precauciones. Nunca antes. En cambio, hay un privilegiado grupo de elegidos cuyo simple origen les va a permitir desplazarse a territorio nacional hasta una semana antes. Son los alemanes. Hasta 11.000 germanos podrán viajar alegre y libremente a Baleares el día 15 de junio. Pasado mañana, vamos.
Siete días antes que los Pérez, González, Aurrekoetxea o Soler y Puig, los Schmidt podrán plantar sus reales en la maravillosa playa Alcudia. Como corresponde a su mayor rango como ciudadanos, no deberán acreditar mediante test previo que estén libres de miasma alguna ni tendrán que someterse a incómoda cuarentena. Sólo responderán a un cuestionario en el avión y un solicito españolito les medirá la temperatura al llegar a cualquiera de los tres aeropuertos baleares. Una medida que a estas alturas ya sabemos es tan folclórica como inútil para evitar rebrotes. Si algún añorado teutón nos engañara y enfermara de Covid durante su estancia en Magaluf, han sido preparados establecimientos hoteleros para ser aislados en las islas.
Por lo demás, podrán disfrutar de las maravillas baleares sin mayores contratiempos ni la ruidosa presencia de esos morenos bajitos que aún creen propio el Land número 17. Tampoco habrán de mezclarse con otros foráneos, pues las fronteras no se abren hasta el 1 de julio. A cuero de Rey, vamos. O de Canciller.
El motivo esgrimido por los empresarios locales es económico. Las islas acumulan pérdidas de 1.997 millones de euros, un 6'1% del PIB anual, y el descalabro del empleo puede ser mayúsculo. La urgencia por llenar hoteles está justificada, pero ¿y las formas? ¿No podían establecerse "corredores seguros" con zonas poco afectadas de la península? Presiones de la hostelería local han conseguido que tengamos en España ciudadanos de primera y segunda en función del origen, con menos derechos de movimiento estos últimos. Los nacionales.
La economía balear es de monocultivo y hay que cuidar al cliente habitual, aunque sea a base de discriminar al nacional, por lo visto menos acaudalado y glamoroso.
La excusa oficial es que Alemania tiene 6'8 casos por cada 100.000 habitantes. Galicia tiene mejores datos pero no por ello tienen permiso los gallegos para hacer las maletas antes del 21.
Lo de los "corredores seguros" parecer ser un invento para canalizar los deseos de playa de las comunidades ricas. Un invento ex profeso para dar salida a dos necesidades: la de los turistas alemanes por ver el sol y la de los hosteleros baleares por salvar la temporada. Ambas lícitas. Lástima las maneras y la cara de tonto (y de pobre) que se le queda al oriundo de la meseta cuando comprueba que un pasaporte alemán tiene más ventajas en España que el suyo.
También imagino el pasmo de otras comunidades poco afectadas, como Cantabria, sin derecho a acoger turistas europeos, al ser el plan concebido sólo para Baleares. El ministro Illa aseguraba esta semana que otras CCAA podrán traer turismo, pero la velocidad de la desescalada hace que sea difícil que se organicen antes de dos semanas. Baleares ha tenido un privilegio que otras comunidades también dependientes del turismo y con pocos casos de Covid no han gozado. Vaya usted a saber el motivo.
Cuando la Europa del norte discuta las condiciones de la ayuda económica por la crisis de la Covid a los manirrotos y noctívagos países sureños, espero nuestras autoridades tengan a bien recordar a los amos de la finca lo rápido que nos levantamos de la mesa para atender a sus excelencias. Feliz desescalada y disfruten como puedan, yo el 15 lo pasaré en Horcajuelo. Muy bonita zona, y es lo más cerca de Bilbao que me dejan subir...