Solo un día después de laminar Madrid Central se han disparado las cifras de contaminación en la capital. La eliminación de la zona de bajas emisiones ha sido radical, afectando no sólo a la zona instaurada durante el gobierno de Carmena, sino también a zonas donde no entraban coches particulares ajenos al barrio desde hace 15 años, como el barrio de las Letras.
Es el camino inverso al emprendido por las grandes capitales europeas. Hoy nos centramos en Ámsterdam, un área metropolitana con la mitad de población que Madrid pero el doble de restricciones para el tráfico rodado.
¿El secreto? Las facilidades para emplear el transporte público y la abundancia de parkings baratos y bien conectados. ¿El resultado? Una capital sin ruidos, aire limpio y trafico fluido. Madrid prefiere otro modelo: el de Hanoi.