Los partidos políticos están utilizando las redes para mantener sus diferencias, disputas y acusaciones en constante ebullición. Lejos de bajar el shuffle y contribuir a calmar el ambiente, transmiten a cada momento división y crispación a los ciudadanos, contribuyendo a mantenernos divididos e incluso enfrentados.
La política es ya motivo de bronca en el seno familiar o de la cuadrilla. No solo en Catalunya, también el el resto del Estado. Y titulares sobre robarse ferias entre ciudades, acusaciones de pederastia o acoso a tertulianos sólo contribuyen a que sigamos considerando a los políticos como uno de nuestros principales problemas tras el paro.
Señores, sean parte de la solución, no del problema.