Han conseguido las televisiones preocupar a mucha gente con lo de los okupas y, al mismo tiempo, dar trabajo extra a sus departamentos de publicidad en un sinvivir con las agencias de alarmas. A mí no tienen nada que ocuparme ni alarma que ponerme. Algunos puede ser que tengan propiedades por encima de sus posibilidades.
Lo que no deja de chocar es que no se considerase antes el problema de las okupaciones históricas y abusonas de España; no me refiero a las heroicidades simbólicas del alcalde de Marinaleda sino a las okupaciones ilegales, desde incluso antes de la victoria de Franco, de propiedades, industrias, derechos, y lo que te rondaré rojeras. Por no hablar de los obispos okupas.
Si contamos sólo desde la gloriosa Transición, la misma prensa de hoy, sus promotores y antecesores, no se habían percatado que había en España okupas del régimen, un poner del Cortijo de Gambogaz, explotación modelo okupada por los Queipo de Llano, en Sevilla, por lo que me toca, o el Pazo de Meirás , por lo que nos toca a todos .
Sí, a todos, porque una juez de A Coruña ha fallado que el Pazo de Meirás es propiedad del Estado, es decir, de usted y mía, y condenado a la familia Franco a restituirnos, les suena el apellido, a devolvernos su posesión como propietarios legítimos. Tardará.
Lo curioso de todo esto es que el citado Pazo tuvo una Señora, Carmen Polo de Franco, y ahora tiene un Señor, Francisco Franco. ¿Les suena?
Tiene señores porque este Señorío de Meirás fue un invento y concesión real del entonces rey de España, Juan Carlos, que reinaba por aquellos días de 26 de noviembre de 1975, no rey constitucional sino rey heredero de Franco, monarcas, uno y otro, sui generis. No se alarmen, desde que murió Franco, Juan Carlos fue rey con leyes franquistas hasta que hubo Constitución, es decir, que no era constitucional.
Estaríamos ante uno de los casos que plantea Otto Bachof de Constitución inconstitucional. En este caso, un rey constituido antes de que hubiera poder constituyente para constituirlo, pero, claro, cómo discutir con legistas activistas de la monarquía ferrolana.
En fin, que de cuerpo presente, Juan Carlos dio el título de Señora de Meirás a la señora de Franco. Como si fuera casero del Estado; en realidad lo era, Juan Carlos dio un título sobre un terreno y edificios que la justicia dice hoy que estaban ocupados- desde finales de la guerra- ilegítimamente. Otra interpretación, es muy borbónica, es decir francesa, dice que los reyes herederos concedía el apanage a los hermanos que no podía ser reyes. ¿Cómo? Con terrenos, ducados, reinos, ad panem, que de ahí viene la palabra francesa. En andalú, que no les farte de ná. Ya que no heredan el poder del abuelo, porque le tocó a Juan Carlos, que no molesten, que no les falte el pan.
Muestra de mi real aprecio y testimonio de mi sentimiento y afecto y admiración a la egregia figura de Carmen Polo de Franco, de singular relieve en una etapa histórica de la Patria, todo esto decía el rey preconstitucional, ignorando si el bien, el Pazo, era de él , de Franco o del pueblo, pero como dice su querida, Juan Carlos tiene problemas en distinguir entre lo público y lo privado, es decir, entre lo suyo y lo nuestro.