Anda suelto el Demonio. Extendió el coronavirus para controlarnos, ponernos un chip y que los socialcomunistas se queden con nuestras cosas y nos manejen como a robots. Son las fuerzas del mal, que se ocultan en las sombras como en los dibujos de "Dragones y mazmorras". La mazmorra es el confinamiento (secuestro comunista) y entre los dragones cabe de todo: desde Pablo Iglesias a Pedro Sánchez, pasando por Bill Gates y Soros, que le dan un punto como más sofisticado, más internacional. Hay una derecha rancia metiendo miedo con estas teorías friki power.
Atentos al tratado científico. Primero nos dijeron que el coronavirus era un invento de "los comunistas chinos", que en España se tradujo en "la peste roja" de Sánchez e Iglesias para controlarnos. Rebeldes del puño levantado, como Bill Gates y Soros, comunistas de toda la vida, están detrás, porque abandonaron la barricada, la hoz y el martillo, dejaron de ganar pasta a cascoporro y planificaron la causa. En España, con la complicidad de podemitas y socialistas, planearon una manifestación de feministas, también llamadas feminazis, para extender la destrucción.
Todo este contubernio se resume en dos, como los mandamientos de la santa madre iglesia: el diablo y los rojos, valga la redundancia. ¿Para qué invertir en ciencia, sanidad y tecnología, si tenemos a teóricos como Fernández Díaz, el obispo Cañizares y el presidente de la Universidad Católica de Murcia? La investigación ha unido a conocidos expertos en la materia como el amigo del ángel Marcelo, el obispo de la bata de cola colorada y hasta al amante bandido. El coronavirus ha venido, nadie sabe cómo ha sido, pero es para ponernos "un chis" y que acabemos todos bebiendo vodka y gritando "sí, se puede".
Hace tiempo que Jorge Fernández Díaz se pispó del tema y nos lo dejó afinado. El ministro del Interior de Rajoy lanzó el S. O. S.: "El diablo quiere destruir España. Me lo dijo Benedicto XVI, que seguro que es escuchado con mucha atención en el cielo. Me dijo que el diablo sabe los servicios prestados por nuestro país a la iglesia de Cristo y el diablo ataca especialmente a los mejores. Para evitarlo debemos sufrir". No sé si en ese sufrimiento se incluye aguantar las teorías de "los mejores", como Fernández Díaz, Cañizares y el de la UCAM.
El Arzobispo de Valencia profundizó en el asunto y los pilló con las manos en la masa: "El demonio existe en plena pandemia, intentando llevar a cabo investigaciones para curaciones. Intentan investigar vacunas obra del Diablo con células de fetos abortados. Primero se mata al hombre con el aborto y después se le manipula. Eso es lo que quiere Satanás". No es más que la teoría de la conspiración extendida desde distintos lobbies ultracatólicos y de la extrema derecha contra supuestos dirigentes del mundo que se mueven en la oscuridad para controlarnos.
"No podrán", ha clamado el presidente de la Universidad Católica de Murcia, nuestro Mel Gibson de Braveheart, versión murciana: "No les tengáis miedo. Nunca el mal triunfará sobre el bien. ¡Jamás! Las tinieblas no pueden sobre la luz". En el ámbito universitario, cuna de la sabiduría, este buen señor les ha pillao' con el carrito del helao': "Bill Gates, Soros, el Anticristo… ¿Qué se han creído? Esclavos y servidores de Satanás. Quieren controlarnos cuando se saque la vacuna con 'un chis'… queriendo usurpar el nombre de Dios". Chis, chas, diablillo te harás.
Igual os parece todo de coña, pero hay sectores de la derecha y de la extrema derecha difundiendo estas teorías por el mundo para meter miedo y arrimar el ascua a su sardina. En organismos europeos, hay españoles acusando al Gobierno "socialcomunista" de seguir una agenda para eliminar a los viejos, extender el aborto, recortar nuestras libertades y confiscar nuestros bienes. Profetas del Apocalipsis, para erigirse ellos como la salvación. El mal es el comunismo, el socialismo, los terroristas, los independentistas, los golpistas, los chavistas, Soros, Bill Gates… En España hay carcas que le han aplicado una gran capacidad de síntesis: es el diablo.