Un señor golpea con lo que parece un palo de golf una señal de tráfico en el acaudalado barrio de Salamanca en Madrid. De los tiempos del Cojo Manteca, con aquellos golpes con su muleta contra el mobiliario urbano en los años 80, hemos pasado a esta curiosa estampa en la España de 2020. En pleno estado de alarma, cuando hay que mantener la distancia de seguridad, se agolpan los manifestantes en la calle Núñez de Balboa y en la rica localidad de Aravaca pidiendo un gobierno de orden.
Exigen lo que incumplen. Con el Cojo Manteca y demás desharrapados intervenía la policía. Aquí, las imágenes muestran a agentes que observan las estampas de contrastes tragicómicos. Como esos manifestantes jóvenes que gritan "libertad" y "gobierno asesino", mientras alzan el brazo como en Francoland. Como pidiendo un taxi. No pasa ni uno, porque han cortado la calle. Sin aviso de manifestarse y en plena orden legal de guardar unos metros entre los seres humanos, por aquello del coronavirus que se contagia y está matando a las personas.
En las redes sociales hay quien habla de manifestantes "Cayetanos" que han iniciado "la Caye borroka". Se comentan imágenes de hombres con "fachaleco", de señoras que golpean las señales con cucharas de color plata, jóvenes con bolsas de la compra de ropa de marca, coches de alta gama aparcados junto a las aceras, mocasines pisando el asfalto, vírgenes y crucifijos colgando del cuello de gargantas indignadas que gritan "Coletas a la hoguera" y "Sánchez, chorizo". Eso es, como mínimo, confesión y varios padres nuestros.
Quizás Macarena Olona marcó tendencia, pero se ha quedado atrás, porque hay una amplia gama de mascarillas con la bandera de España entre los manifestantes que la llevan. No son las del certificado falso repartidas por la Comunidad de Madrid. Aquí, están a la última. Atraviesan la máscara los gritos de los oprimidos que piden a "los comunistas" ser "libres", horas después de que Ayuso haya entregado con retraso un nuevo informe para ver si esta vez ha hecho los deberes, no le dimite nadie y también Madrid supera la fase cero que reprime a estos represaliados del Barrio de Salamanca.
Hoy puede revisar estas imágenes una familia que permanezca encerrada en su piso de 40 metros cuadrados en Vallecas. Igual alguno de esos miles de madrileños que hace cola durante varias horas para conseguir una bolsa de comida. También puede verlo Ayuso, desde sus dos apartamentos con terraza de alto standing, donde dice que le han hecho un precio más "low" que la casita del perro Pecas. Pobres del mundo se han levantado con la tarjeta del seguro de la sanidad privada en el bolsillo en el Barrio de Salamanca. La culpa del coronavirus la tiene el gobierno "socialcomunista".
Las imágenes de la aglomeración oprimida puede verlas también Martínez Almedia, ese alcalde aclamado últimamente como modélico, que ha dicho que "los mismos que promovieron caceroladas contra el rey no se pueden quejar de que la gente las haga en la calle Núñez de Balboa. Si se cumple la normativa de estado de alarma, es una forma de protesta pacífica que inauguró Podemos". El problema, alcalde, es que cuando usted dijo esto ya se habían agolpado el día anterior incumpliendo las normas. O no lo había visto usted o no lo quiso ver. Siempre podremos decir que la culpa fue del 8-M y ya sabemos que no hay nada que no tape una buena intención de voto o una bandera de España.