Hubo un tiempo en el que, según Díaz Ayuso, Madrid había hecho "espabilar" a España en la lucha contra el coronavirus, frente a la gestión del gobierno "socialcomunista" que era "un caos" y la suya era "modélica", incluso con "milagros" como Ifema, frente al "desastre" de Moncloa. Ayuso nos dejó frases para enmarcar, como "debemos aprender a convivir con el virus", porque "todos los días hay también atropellos y no por eso prohíbes los coches". La presidenta madrileña llegó a decir que ella no pacta "con el desastre" y que era un "error fiarse de la izquierda".
Ahora, les suplico, a todos, pacten o hagan lo que sea, en un trabajo en equipo, para solventar la situación sanitaria en Madrid. La gente no merece esta sensación de desconcierto, con anuncios y desmentidos, mientras ve que los casos de la comunidad madrileña cuadruplican a la siguiente región con más positivos en la última semana, también cuadriplican el umbral establecido por la OMS para tener controlada la pandemia o registran en un día un repunte de un 64% en contagios.
Con este panorama, el viceconsejero de Salud anunció que la Comunidad de Madrid trabaja de aquí al fin de semana para hacer "confinamientos selectivos" por "áreas o zonas con más incidencia" del virus. Se lo había comunicado a la presidenta Ayuso "por un wassap". En el gobierno madrileño comenzaron a decir que no estaban al tanto y el anuncio ha quedado en el aire. Ni si, ni no, ni bien ni… Mal sí, seguro. No se puede desconcertar a la población así, ni transmitir esta sensación de descontrol e inseguridad.
Conozco a gente de barrios con alta incidencia de casos que andan preguntando por alojamientos provisionales en otras zonas para mudarse antes del fin de semana por si les confinan. No es descartable que haya gente que lo esté haciendo ya. Se ha despertado una incertidumbre innecesaria. Se ha señalado con vacilaciones a distritos donde ya sufren la falta de médicos y de servicios sanitarios. Zonas donde las colas de varias horas frente al centro de salud son una constante cada día. Hay barrios obreros, pobres, que merecen una gestión mejor. Más rastreadores, más asistencia, las medidas necesarias según las autoridades sanitarias, pero no esta zozobra de anuncios y desmentidos. Hagan lo necesario, pero no así.
Seguro que todos, empezando por cada uno, podemos mejorar en las medidas personales de lucha contra el coronavirus. Claro que hay gente que se relaja en la prevención o algunos que hasta se la pasan por el forro, pero del mismo modo cabe exigir a las autoridades que estén a la altura. Decía el viceconsejero de Salud madrileño que "hay un comportamiento de relajación ciudadana que no nos podemos permitir". Sí. Y tampoco podemos permitirnos una gestión descoordinada y que parezca que se nos va de las manos. Veníamos de que el día anterior Díaz Ayuso señalara a los inmigrantes, después esto y qué será lo siguiente.
Hablamos de una comunidad donde, desde que las autonomías asumieron las competencias sanitarias, han ido aumentando en años los conciertos con la privada y se fueron privatizando servicios, al mismo tiempo que se recortaba la pública. Muy castigada. De ahí venimos. Ahora, hay cifras de rastreadores que se han incumplido, centros de atención primaria sin el número de profesionales necesario, trabajadores extenuados, hospitales donde la cantidad de ingresos ha encendido otra vez las alarmas. En definitiva, urge una labor coordinada entre las administraciones para poner el freno a la propagación del coronavirus en Madrid.
Hubo un tiempo en el que Díaz Ayuso dijo que los socialcomunistas aprovechaban el confinamiento para "imponer un mando único dictatorial". El estado de alarma aprobado en sede parlamentaria era "concentrarnos a todos en casa, sin poder opinar". Es más, después de ver a manifestantes saltarse las normas en el barrio de Salamanca, Ayuso llegó a lanzar la siguiente amenaza en sede parlamentaria: "Esperen a que la gente salga a la calle, porque lo de Núñez de Balboa les va a parecer una broma". Y tanto. El estado de alarma terminó, la gente salió a la calle y la presidenta madrileña, más allá de sus salidas de tono, no parece que tenga la situación controlada. Hagan algo. Entre todos. Ya.