La violencia de género no existe, la mujer del senador de Vox se cayó por la escalera, no necesitamos declaración contra el terrorismo machista el 8 de marzo y a los niños de 0 a 6 años les están enseñando sexo anal en las escuelas… Visto y oído en estos tiempos de "la derecha sin complejos". Bienvenidos a "la España que madruga", la de "extrema necesidad". Patriotas contra los sin papeles que ejercen de arquitectos sin tener el título.
Recuerdo aquel chistecillo que contaba Espinosa de los Monteros obteniendo fuertes aplausos con pulseras rojigualdas en las manos: "Imaginad que dos quinquis os asaltan la vivienda y podéis elegir quién os defiende la casa. Me decía uno que a Pedro y Pablo no, que son los atracadores". Y digo yo, imaginad que vais a comprar un piso y os lo ofrecen Espinosa y Monasterio, vendedores con misterio. Picáis, fijo, porque os van las emociones fuertes, picaruelos.
La declaración judicial de la actual diputada de Vox en Madrid que ha publicado El País no tiene desperdicio.
-"Buenos días, Rocío, ¿tenía usted el título de arquitecto?" -pregunta el juez.
-"¿El título de arquitecto? No" -respondía Monasterio.
-"¿No tiene título?" -continuaba el magistrado.
-"No, para ejercer, no" -afirmaba Monasterio en 2008, a pesar de que, como publicó el mismo medio, firmó papeles que sólo puede autorizar un arquitecto.
Espinosa, que ahora sabemos que hacía obras ilegales y fue condenado por no pagar trabajos, observaba la declaración judicial desde el público. Arquitectura sin título, pero déjame atravesar el viento sin documentos. Otros estarían abochornados y con la correspondiente condena, pero también puedes llegar a la política y despachar acusaciones contra los sin papeles. ¿Ejercer de arquitecto sin serlo? Como decía Monasterio hablando del Orgullo Gay: "¡Qué falta de decoro!". Y pedía que "si no respetan determinadas condiciones, deben irse a otro sitio".
Los medios han revelado presuntas irregularidades de la pareja en más de una docena de proyectos inmobiliarios en Madrid. Eso sí, Monasterio era citada por algún periódico como "un portento" de arquitecta, pero no obtuvo el título hasta 2009 y falseó su currículum en LinkedIn fechando su titulación en 1998. Es la España que trabaja. La del mérito y el esfuerzo. La que te endosa una obra con firmas tan auténticas como la zoofilia y el sexo anal en los pupitres invadidos por comunistas depravados antes de cantar la Internacional en el recreo.
Hay compradores que denuncian que Espinosa y Monasterio, vendedores kinder bueno, les engañaron y han perdido dinero o fueron expulsados de sus viviendas por no tener la licencia para vivir. La exconcejala de Urbanismo de Madrid con el PP Pilar Martínez, igual es para ellos "derechita cobarde", pero lo dice sin complejos: "Espinosa y Monasterio hicieron negocio con una gestión fraudulenta que le dejaron al comprador. Personas así no pueden protegerse en la política". Y tanto que se han protegido. Ellos están a cubierto, los compradores y la gente que sufre el problema del acceso a la vivienda, no tanto. Pero todo es por la patria. Un misterio sin resolver.