"La justicia es igual para todos", dijo Juan Carlos I de Borbón. Ahora, estamos ante una nueva prueba para comprobarlo. Un fiscal suizo investiga la transferencia de 100 millones de dólares a una cuenta de un banco de Suiza, presuntamente controlada por testaferros del ahora rey emérito de España. Se trata de una estructura opaca, cuyo titular es una sociedad instrumental panameña. Habría permitido al Borbón ocultar una fortuna y su identidad durante años.
Según esta investigación, la procedencia del dinero está en el régimen de Arabia Saudí. No se habla tanto como de Venezuela, pero es una de las peores dictaduras del mundo, con graves vulneraciones de los derechos humanos y señalada por relaciones con el terrorismo yihadista de Al Qaeda. A pesar de eso, España, encabezada por su Jefe del Estado, ha dedicado años a blanquearla: haciendo negocios, entregando premios, tejiendo suculentas relaciones. Poderoso caballero es don dinero.
El diario 'Tribune de Geneva' ha revelado que la transferencia a la cuenta suiza se hizo el 8 de agosto de 2008. Más adelante, en septiembre de 2012, desde allí se transfirieron 65 millones a otra cuenta de Corinna, la amante del monarca. Ella contó que el ahora emérito la utilizaba para mover y ocultar dinero. Su abogado dice que fue una donación porque el rey estaba "encariñado". Ese año coincide con el safari de Botsuana, cuando después de que el Borbón nos dijera lo que sufría por la crisis económica que atravesaba la sociedad española, se fue a matar elefantes acompañado por su amante, se rompió la cadera y le cazaron cazando.
Juan Carlos de Borbón se cayó en el safari y muchos españoles se cayeron del guindo, porque, esta vez sí, como a toque de corneta, los medios de comunicación empezaron a contar las miserias del monarca, tantas veces silenciadas o edulcoradas por la prensa. Para muchos era hasta entonces el rey campechano y pasó a ser el rey de la selva. Poco a poco, estaba pasando de ser el orgullo y satisfacción de la patria al cazador cazado. Las andanzas de su yerno Urdangarin sirvieron para que el sistema se cobrase esta pieza menor. Aunque, después, la crisis acabó con la abdicación de Juan Carlos.
¿Cuál es el origen del dinero? Inicialmente, investigadores y varios medios señalaron que podía estar en el cobro de comisiones por parte del rey a cuenta de las obras del AVE Meca-Medina, adjudicadas a un consorcio de empresas españolas. No obstante, esa adjudicación oficialmente es algo posterior. El diario El Confidencial cuenta que Juan Carlos de Borbón recibió los 100 millones de dólares del rey Abdulá de Arabia Saudí una semana después de firmar un acuerdo bilateral con ese país. El BOE publicó un Acuerdo General de Cooperación entre el Reino de España y Riad para "fortalecer la relación existente" y "estrechar lazos".
El año de la transferencia del dinero, Madrid acogió una conferencia de Diálogo Interreligioso que lavó la cara del integrismo saudí, patrocinada por el régimen como ejemplo de tolerancia. Además, en 2008, Juan Carlos I concedió al sultán heredero del trono, viceprimer ministro del país y responsable de Defensa, la Gran Cruz de la Orden de Carlos III, que reconoce a las personalidades que hayan destacado en la ayuda a España y a la Corona. Un año antes, el Borbón también impuso al rey Abdulá el Collar del Toisón de Oro, reconocimiento de gran prestigio internacional.
Hace años que se habla de los presuntos chanchullos de Juan Carlos I, pero no se ha llegado al fondo del asunto. Entre otras razones, por su inviolabilidad. Ahora, un fiscal suizo parece que está tirando del hilo.Según desvelaba eldiario.es, la Fiscalía Anticorrupción española ha enviado una comisión rogatoria a Suiza para pedir detalles. A Juan Carlos de Borbón no se le puede juzgar por lo que hizo cuando era jefe del Estado y sí por lo hecho como rey emérito. Eso sí, ahora es aforado, por lo que debería juzgarle el Tribunal Supremo. Debe hacerse justicia. La imagen que esto da de España en el exterior es pésima y el emérito aún cobra un sueldo público de casi 200.000 euros brutos al año, con todos los gastos pagados. Debemos saber si estamos ante el cazador cazado, salvo que el monarca sea intocable por ser caza mayor.