¿Qué tal estáis? Antes de nada, centro derecha. Yo digo de entrada las dos palabras que suenan sin parar en todo programa político que se precie. Centro derecha, centro derecha... No sé si lo dicen tanto porque da suerte, porque es una contraseña o porque son palabras mágicas para hacer desaparecer algo que no quieren que veamos. Sigamos, centro derecha.
Pablo Casado tuvo un sueño. Lo explicó así: "Viva el rey. Me parece bueno que vayamos incorporándolo a la conversación de la calle, del bar o la universidad. Cuando pagamos las pensiones, estamos diciendo viva el rey; cuando pagamos el paro, estamos diciendo viva el rey...". No hemos llegado a tanto, por ahora, pero Casado sí ha conseguido que se repita "centro derecha" como el ajo. Como si alguien quisiera espantar a los vampiros.
Centro derecha. El PP, Ciudadanos y Vox andan a lo suyo con sus pactos, también llamados acuerdos "con la extrema derecha" por rojos y radicales, como Manuel Valls o Toni Roldán. El centrismo promete gobiernos "fiables", mientras se acusan de haberse engañado entre ellos al firmar los papeles y andan con más exigencias sobre leyes que afectan a los homosexuales, las mujeres y los inmigrantes. Cosas del centro derecha.
Ellos a lo suyo y Pedro y Pablo subiendo la montaña. ¿Rumbo al precipicio? Qué tiempos aquellos cuando, por estas fechas, un servidor seguía el Tour de Francia. Si hoy cierro los ojos y oigo el lenguaje de las tertulias, me parece que no hablamos de política, sino de una de esas retransmisiones deportivas: "se está desgastando", "debe tomar la iniciativa", "se queda solo", "se posiciona", "lidera", "le está desafiando"...
Qué tiempos aquellos, también, cuando la política era hablar del coste de la vida, del futuro de los chavales o de los que se llevan el parné. Lo de Sánchez e Iglesias amenaza con sobrepasar las fechas del Tour de Francia y de la Vuelta a España. Unos acusan a los otros de no querer "un gobierno de izquierdas, con miembros de Podemos, aunque es lo que dijeron las urnas". Otros acusan a los unos de que "la exigencia no son políticas de izquierdas, sino un cargo para Iglesias en el Consejo de Ministros". Esto me dicen, esto me cuentan.
¡Qué bochorno! Joder, con la ola de calor. Con el "centro derecha" y con el "gobierno de cooperación" (pues menos mal que estaban cooperando). ¡Qué asfixia si la política acaba convertida en un duelo de estrategias! ¡Qué rubor si acaban imperando las luchas de poder! ¿Será un juego de tronos? No, yo imagino un nivel inferior. Diciéndose aquello de "sile, nole, repe, repe, repe...". Roto el bipartidismo, creo que está faltando madurez para cerrar pactos. Así que, digamos mejor juego de cromos, por favor.