Pues sí. La primera vez que te ocurre, uno lo vive como si a su hijo le estuviera pasando algo grave. De pronto y sin margen de maniobra, tu hijo pierde el conocimiento en tus brazos y no sabes qué ha pasado.
¿Qué son los espasmos del sollozo?
Los espasmos del sollozo son episodios de segundos de duración en los cuales el niño como consecuencia de un llanto intenso, susto o enfado importante, deja de respirar y en ocasiones, pierde el conocimiento. A pesar de su benignidad, los padres se asustan mucho y son fuente de numerosas visitas al pediatra. Y lo cierto es que la primera vez que te ocurre, el susto no te lo quita nadie.
¿Cuáles son los desencadenantes?
No se sabe exactamente por qué se producen ni siquiera por qué hasta un 5% de la población infantil los presenta y el 95% restante no. Pero lo que sí se conocen son los desencadenantes y estos son:
- Inicio de llanto intenso (al coger aire).
- Enfado importante.
- Rabieta.
- Susto.
- Emoción intensa.
- También es muy típico el niño que accidentalmente se cae y al iniciar el llanto, se produce el espasmo perdiendo el conocimiento.
- Las edades más frecuentes a las que lo presentan son entre los seis meses y los cinco años.
¿Nos tenemos que preocupar?
No. Tranquilos. Todos ellos son benignos y no conllevan ningún riesgo para la salud de nuestros hijos.
¿Cuántos tipos de espasmos del sollozo hay?
- Espasmo del sollozo cianótico: tras un susto, llanto intenso o inicio de llanto, el niño de pronto deja de respirar y poco a poco empezará a ponerse morado (cianótico) y en ocasiones rígido. Tras breves segundos el niño rompe a llorar o pierde el conocimiento (se desmaya) durante escasos segundos para recuperarse posteriormente de forma espontánea.
- Espasmo del sollozo pálido: son menos frecuentes y son aquellos en los que los niños en lugar de morados se vuelven pálidos. También pueden llegar a perder el conocimiento durante unos segundos.
¿Hay algo que podemos hacer para evitarlo o para que finalice pronto?
Realmente no hay mucho que podamos hacer para evitarlos. Comprendo que algunos padres lo viven con mucha ansiedad y preocupación, pero han de tener la tranquilidad y la seguridad que a su hijo no le va a pasar nada y que en unos segundos se habrá recuperado completamente sin secuela ninguna.
Así que yo les digo habitualmente a los papás que intenten mantener la calma, según vienen, se van. No hay que gritar, zarandear ni hacer el boca a boca o maniobras de reanimación cardiopulmonar, podría empeorar el episodio. Solo hay que mantener la calma.
Es propio de niños muy temperamentales y lo que ocurre habitualmente es que los padres cuando ven que está a punto de enfadarse mucho, hacen lo que sea para que no llore y esto en ocasiones puede ser un arma de doble filo.
Los niños necesitan unos límites claros y una educación hacia una dirección certera, límites que debemos poner con cariño y respeto, pero límites, al fin y al cabo. No podemos pretender consentir a todo lo que nuestro hijo imponga por temor a que haga el espasmo porque las consecuencias en su educación no serían positivas y correríamos el riesgo de convertir a nuestro hijo en un niño tirano.
¿Desaparecen con el tiempo?
Sí. Más allá de los cinco años no suelen tener.
¿Cuándo debo consultar al pediatra?
Con esta pregunta siempre contesto lo mismo, y no sólo a cerca de este tema en particular sino en general: siempre que consideres que es un problema. Para eso estamos, para intentar ayudar a las familias, asesorar, tranquilizar cuando no es nada de importancia y tratar cuando así lo precisan.
Con los espasmos del sollozo debéis consultar si son muy frecuentes, si duran muchos segundos, si no se recuperan inmediatamente y encontráis a vuestros hijos muy adormilados y cansados. Si hacen movimientos violentos de brazos y piernas y por supuesto, siempre que lo necesitéis, aunque sólo sea por vuestra propia tranquilidad.