Nunca falla, llega el verano y nuestras consultas se llenan de pequeños nadadores con dolor de oídos. No hay verano sin otitis.
La otitis externa también conocida como otitis del nadador o de las piscinas, es una inflamación del conducto auditivo externo causada habitualmente por una infección.
¿Por qué en verano?
Porque en esta época del año miles de niños se pasan las horas “a remojo” como los garbanzos especialmente en las piscinas.
¿Por qué se producen?
- El principal factor desencadenante es la humedad excesiva en el conducto auditivo (mantenida tras el baño en la piscina o en el mar), que favorece la proliferación de gérmenes.
- Aunque la calidad del agua es importante para la aparición de la otitis, es muy frecuente que las bacterias que se encuentran en el propio oído estén esperando a que se den las condiciones idóneas para favorecer la infección. En este caso, cualquier baño podría motivar la aparición de una otitis externa, aunque el agua se encuentre limpia.
- Los pequeños traumatismos también favorece la aparición de las otitis externas: normalmente producidos por el uso de bastoncitos de limpieza o por algún rascado incorrecto.
- Tener la piel muy seca (eccemas, dermatitis, piel atópica) o la escasez de cera (cerumen) son también factores favorecedores.
Es por todo ello que no hay que obsesionarse con la limpieza de los oídos. Recuerda que no se deben utilizar bastoncillos, pueden provocarse accidentes como la perforación del típano o la impactación de la cera. No olvides que la cera es un factor protector para las otitis, una barrera natural. Así que ya lo sabes, nada de bastoncillos, es suficiente con limpiarles por fuera con la puntita de una toalla.
¿Qué síntomas tienen?
El dolor, que puede ser muy intenso.
No subestiméis a vuestros hijos cuando dicen que les duele un oído; si se quejan es porque les duele de verdad. El dolor se acentúa al tirar o incluso tocar el pabellón auricular. Incluso al cepillarles el pelo y rozar la zona, se quejan. No hay periodo de incubación ni tampoco son contagiosas.
¿Cuál es el tratamiento?
Generalmente con analgésicos y gotas óticas antibióticas (Ciprofloxacino) suele ser suficiente, recalcando siempre a las familias, la necesidad de no sumergir la cabeza en el agua durante los días de tratamiento.
¿Se pueden prevenir?
Las medidas preventivas contra las otitis son sencillas, aunque no eficaces al 100%.
- Limpiar y secar con la punta de una toalla el conducto auditivo tras cada baño, evitando así la humedad.
- Evitar, como ya hemos comentado, el uso de bastoncillos. Esta costumbre tan arraigada en la población, sólo consigue empujar el cerumen y compactarlo hacia el interior del oído, provocando tapones y haciendo aún más dificultosa su extracción. Hay que evitar cualquier instrumento que presione el cerumen y no usar utensilios punzantes, como las uñas, bolígrafos u horquillas, ya que todo ello puede causar heridas, perforaciones e, incluso, una infección.
- Respecto al uso de tapones existe aún bastante controversia al respecto. Diversos autores prefieren el gorro a los tapones ya que estos pueden irritar el conducto auditivo y favorecer las otitis; además los que tenéis hijos sabéis que los tapones son mal tolerados por los niños.
- Y por último otros autores recomiendan la aplicación de un preparado de Ácido acético al 2% en el conducto auditivo tras el baño ya que la acidificación de la piel del conducto auditivo puede ser beneficiosa para prevenir las otitis.
En cualquier caso, disfrutemos del verano, probablemente uno de los más especiales que vivamos en muchos años. Yo, al menos, así lo voy a vivir, así lo necesito vivir. Este año turismo nacional, familia y reencuentros. ¿Quién necesita más?