Las legumbres, junto con las frutas, las verduras y los frutos secos, puede que sea uno de los alimentos más olvidados en nuestra alimentación. De tener una presencia importante en la dieta de generaciones anteriores, hemos pasado a consumir cada vez menos y, las pocas veces que lo hacemos, cometemos el error de cargarlas de alimentos de origen animal como el chorizo, la morcilla o el tocino.
Un alimento que ya es rico en proteínas al que le añadimos más proteínas que, además, no vienen solas. Vienen cargadas de grasas, fundamentalmente saturadas, que empeoran el perfil de un alimento mediterráneo y saludable por excelencia. Por eso, la recomendación de tomar de 2 a 3 veces a la semana legumbres se refiere a este alimento 'viudo'. Es decir, bien cargado de verduras, pero sin complementos proteicos ricos en grasa.
El problema del gas
Pero pasar de cero a cien en nutrición tiene sus consecuencias, aunque sea para bien. Y en el caso de las legumbres, pasar de casi no tomarlas a que tengan tanta presencia en nuestro menú semanal puede venir acompañado de una de las molestias intestinales más conocidas y desagradables: los gases.
Bolsas de aire que hacen que nos hinchemos y que incluso, en algunas ocasiones, puedan a llegar a ser realmente molestas. De hecho, el dolor por gases puede llegar a confundirse con un infarto de miocardio por las características del dolor. Aunque muchas veces se debe a determinados alimentos (como las legumbres) o porque se ha tragado más aire de lo normal al comer, también puede ser síntoma de algún trastorno digestivo. Por eso debemos observar qué nos está causando estos gases.
También pueden ser sinónimo de estrés y ansiedad. Pero una de las explicaciones más frecuentes de la alta aparición de gases suele ser la calidad de lo que comemos. O, dicho de otra manera, cuando no comemos de forma saludable, uno de los síntomas comunes es el exceso de gases y la inflamación de nuestro abdomen.
Alimentos que causan gases
Uno de los principales componentes que genera estas molestias es la fibra, especialmente cuando no estamos acostumbrados a ingerirla y, como con las legumbres, pasamos de casi ni comerla, a que tenga presencia todos los días en nuestros platos. Frutas, verduras, hortalizas, cereales integrales y legumbres son ricas en fibra y son las que pueden causarnos el problema. Por eso, cuando vamos a hacer un cambio (aunque sea para bien) en nuestra alimentación, hay que ir haciéndolo gradualmente para que nuestro sistema digestivo se vaya acostumbrando.
De hecho, si tenemos que señalar a alimentos concretos, las verduras como las coles, el brócoli, el repollo, la lechuga o los puerros puede que sean de las verduras que más gases generan si no estamos acostumbrados a comerlos.
Pero ojo. No nos vaya a servir esto como una excusa para no comer verduras y volcarnos con los alimentos menos saludables que no deben tener protagonismo en nuestros platos. De hecho, los alimentos ultraprocesados como la bollería, las carnes procesadas y grasas, etcétera también son responsables de digestiones pesadas y causantes de flatulencias y meteorismos.
Alimentos que ayudan a eliminar gases
Igual que hay un problema, hay una solución. Ya hemos comentado que la introducción en nuestra alimentación debe ser paulatina para que el cuerpo se vaya acostumbrando. Pero, además, contamos con la ayuda de los alimentos carminativos. O, dicho de otra manera, alimentos que favorecen el bloqueo de la generación de gases y sus molestias.
Alimentos como el cilantro, el hinojo, la hierbabuena, el perejil, la menta o el anís nos ayudan a que no suframos las consecuencias negativas de empezar a acostumbrarnos a que, en nuestros platos, siempre (repito, siempre) tiene que haber verdura en las comidas principales. Ya sea de primer plato o de acompañamiento de un segundo.
Podemos usar estas hierbas durante el cocinado o después de comer en forma de infusión, por ejemplo. En el caso de las legumbres con las que hemos abierto este artículo, podemos cocinarlas con comino o cilantro.
Además, existen otros trucos para comer bien sin gases: comer las legumbres sin piel, beber agua para mejorar nuestro tránsito intestinal, caminar y mantenerse en forma, evitar comer rápido y con ansiedad son herramientas muy poderosas para que no acumulemos gas.