La situación es y ha sido dantesca. En verdad he sentido hasta un poco de vergüenza por la especie humana, aún entendiendo que pueda existir miedo ante la incertidumbre y ante el hecho de que son muchos años, incluso siglos, sin que la población general viviera una cuarentena como medida de seguridad y para frenar el contagio.
Pero señores, esto es el siglo XXI (aunque nuestro no lo parezca por nuestro comportamiento) y no el siglo XVI cuando Eurasia vivió una de las enfermedades que peor se recuerdan y que llegó a causar la muerte a más de 25 millones de personas sólo en Europa: la peste negra. A lo mejor entonces estaría justificado el hacer acopio de comida y enseres de higiene. Pero hoy, con la disponibilidad de alimentos, la gestión de los gobiernos y autoridades para que exista abastecimiento, y la capacidad que tenemos de respuesta no llego a entender el sentido que tiene el llenar un carro de la compra hasta el máximo de su capacidad.
Sólo le veo una posible lectura: un miedo irracional y una falta de civismo. Discúlpenme que hoy me ponga tan tajante y serio, pero la cosa no es para menos.
¿Qué comprar para pasar la cuarentena?
La primera respuesta es fácil: lo necesario. Ni más, ni menos. Porque todo lo que uno haya hecho acopio de más es lo que a otro le puede faltar y hacer falta en casa. ¿de verdad necesitas 8 paquetes de 12 rollos de papel higiénico en casa para 14 días? ¿Incluso para 24 si esto se alargara? Además de insolidarios, estamos aumentando el miedo al desabastecimiento, que ya se ha repetido por activa y por pasiva que no va a haber.
Y de la misma manera que hablamos del papel higiénico, hablamos de la harina, el azúcar, la sal, las legumbres o cualquier otro alimento que compres por encima de tus necesidades. Pero haré especial mención a los alimentos que, además, tienen una vida útil corta y que, si has comprado más de la cuenta, van a acabar en el cubo de la basura.
A si que, partiendo de estas premisas (que no va a haber desabastecimiento y que los supermercados y tiendas de alimentación van a permanecer abiertas), la recomendación es salir de casa lo justo e imprescindible. Es decir, que no podemos estar yendo todos los días a hacer la compra. Por eso, puede ser útil planificar el menú de estas semanas de tal manera que nos permita alimentarnos de una forma correcta y sin necesidad de ver el espacio de nuestra casa invadido por comida innecesaria.
¿Qué podemos comer los días de cuarentena?
Antes de lanzarnos a comprar nada, tenemos que pensar cuánto espacio tenemos en casa en nuestras neveras, congeladores y despensas. Y, sobre todo, comenzar por consumir lo que ya tenemos en ellas. ¿Te acuerdas de esa lata de sardinas en aceite que compraste en su día? Pues, antes de comprar más conservas, ¿por qué no te la tomas en la cena de esta misma noche?
1. Alimentos congelados
Además, si contamos con un congelador grande o uno tipo arcón, podemos decantarnos por comprar más alimentos congelados. Y, aunque la gran mayoría de productos frescos se pueden congelar y aprovechar a hacerlos en envases que supongan una ración, es mucho mejor comprarlos ya congelados, ya que la potencia de nuestros congeladores no es la misma que la de las fábricas de productos ultracongelados y congelados.
Pero cuando hablamos de congelados, no me refiero a baritas de merluza (que de merluza tienen más bien poco) o platos preparados. Ya sabemos, o deberíamos de saber, que esos platos nutricionalmente hablando no son los más recomendables. Y aunque la situación que vivimos actualmente es excepcional y no pasaría nada porque podamos tener más licencias con la comida, la recomendación a la hora de comprar debería ser más bien otra.
Podemos tener en nuestros congeladores bolsas de verduras congeladas. De hecho, debería ser el primer congelado que deberíamos de tener antes incluso que comprarlas frescas. Es una buena solución para tener verdura, que nos dure y evitar tirarla según vayan pasando los días y se vaya poniendo mala. También alguna bolsa de filetes de pescado congelado, que ya vienen limpios y que podemos ir sacando según vayamos necesitando. Incluso carnes, que ya las venden congeladas, como pollo, pavo y cortes magros de cerdo.
2. Frutas de larga duración
Evidentemente tenemos que procurar consumir fruta todos los días, de igual manera que como con las verduras. Y aunque también vender fruta congelada, es verdad que al paladar muchas veces no es la mejor opción. Por eso, antes que lanzarnos a la fruta conservada en almíbar, podemos tener en casa algunas variedades que aguanten bien un par de semanas y no ocupen mucho espacio en la nevera.
Estamos hablando de naranjas, mandarinas, manzanas, peras, incluso kiwis. El truco está en comprarlas lo más verdes posibles y que vayan madurando poco a poco, para ir consumiéndolas estos días y no tener que ir más veces de la cuenta al supermercado a reponer. Recordemos que las aglomeraciones en estos establecimientos también pueden ser foco de infección.
3. Huevos
Son una buena fuente de proteína y su versatilidad en la cocina hace que sean un buen aliado para estos días. Cualquier conserva de pescado, verdura o champiñones, con un huevo, se puede convertir en un revuelto que nos salva una comida o una cena.
Además, parece que, según las últimas recomendaciones, no se ha demostrado que un huevo al día aumente el colesterol como se ha venido diciendo hasta hace poco tiempo. Por eso, y para que nos duren más tiempo, en la puerta de la nevera siempre. De esta manera pueden llegar a aguantar 4 semanas perfectamente. Suficiente para este tiempo que nos espera.
4. Conservas
Seguramente lo que primero nos ha venido a la cabeza cuando nos han contagiado la histeria de hacer acopio de comida 'por si acaso'. Y es verdad, las conservas pueden ser nuestro salvavidas en muchos momentos, sobre todo porque su gran fecha de caducidad y porque ya hay casi de todo en conserva.
Pero como acabo de decir: hay casi de todo. O, dicho de otra forma, hay más vida más allá del atún. Tenemos a nuestra disposición conservas vegetales, legumbres, de pescado, de carne, y hasta algunas que pueden servirnos de plato único como legumbres con verduras en el mismo bote. Por eso, si vamos a comprar conservas, primero, no atestemos la despensa de ellas (porque, aunque larga, las conservas también se pasan de fecha a la larga), y dos, no centralicemos sólo en lo típico, hay vida más allá de las conservas de toda la vida.
Y mención a parte las semiconservas, que, aunque duren mucho, tienen que estar en el frigorífico, como las anchoas o los boquerones en vinagre. A ver si vamos a intentar escapar de un virus para caer en una bacteria que nos cause una toxoinfección alimentaria como es el Clostridium botulinum.
5. Complementos al cocinado
Y, por supuesto, no nos puede faltar en nuestra casa los complementos para cocinar: sal, aceite, vinagre, etc… Pero, antes de comprarlos, ¿cuánto aceite gastas semanalmente? Seguro que ni una botella de un litro. Entonces, con que tengas dos botellas o tres en casa sería suficiente.
Porque, ojo, aunque tarde, el aceite también se 'pone malo' y se puede enranciar. Por eso, no es lógico ni normal tener ahora en casa dos garrafas de 5 litros. O se te puede poner malo, o está ocupando un espacio innecesario, o al final te lo tendrás que beber a sorbos porque “no lo vamos a tirar”.
Y lo mismo pasa con la harina (¿cuántos empanados hacéis en 14 días?), el vinagre o la sal. Además, la recomendación de salud es consumir como máximo 2-3 gramos al día. Lo que viene siendo por persona un máximo de 42 gramos por persona cada 14 días. COMO MÁXIMO. Me repito, ¿para qué quieres 3 paquetes de 1 kilo?
Cuidado con la cuarentena y los BBC
Si nos fijamos, siempre he estado hablando de alimentos recomendados de consumo diario: frutas, verduras, carnes, pescados, legumbres… No he hablado ni de bollería, ni de platos preparados, ni de ultraprocesados.
No es ni una ni dos fotos las que he visto (más lo que he visto en persona) de carros con montones de alimentos superfluos contados por decenas. Se me viene a la cabeza ahora mismo la foto que se ha viralizado por redes de un carro lleno de natillas. ¿En serio? ¿Te has expuesto en la calle a contagiar y ser contagiado por natillas?
Sentido común señores, el menos común de los sentidos. Y recordando un audio de los que han recorrido este país de whatsapp en whatsapp: si no tenemos cabeza a la hora de comprar, al final va a acabar con nosotros antes el colesterol que el coronavirus.
Sólo me gustaría añadir para terminar el artículo de hoy: #YoMeQuedoEnCasa