Aunque el tema no es algo nuevo, el mercurio y el pescado de nuestra cesta de la compra han vuelto a saltar al candelero a raíz de una publicación de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Esta organización ha analizado la presencia de mercurio en 21 especies diferentes de pescados, cefalópodos y mariscos. Y los resultados presuntamente han confirmado una concentración elevada de este metal pesado en especies como el pez espada, el atún rojo y en la tintorera o marrajo.
También declaran que hay una presencia media en otros pescados de consumo habitual en nuestra dieta como el bonito del norte, la lubina o la merluza. En este estudio publicado en abril en la revista de la propia organización se recomienda que no se consuma más de 40 raciones al año de las especies con concentraciones más altas por mercurio, mientras que para los niños menores de diez años y las mujeres embarazadas éstos deberían estar excluidos de la dieta.
Por otro lado, para las especies que tienen un contenido en mercurio moderado o medio, la recomendación que dan es alternar su consumo en nuestra dieta con otras especies que tienen contenidos de mercurio más bajo. Pero, aun con estas recomendaciones, seguramente al leer estas líneas salte la pregunta de: ¿tenemos un problema con el mercurio y el pescado?
¿El mercurio es un problema grave del pescado?
Según el Profesor Tomás Torroba Pérez, catedrático de Química Orgánica del Departamento de Química de la Universidad de Burgos, en España, como en cualquier otro lugar, existe un riesgo de contaminación por este metal pesado. Aunque es un riesgo controlado porque las importaciones de pescado en todos los países de la Comunidad Europea requieren y pasan controles previos a la entrada de esta mercancía en nuestras fronteras, por lo que podemos decir que el riesgo es bajo.
Además, el profesor remarca en sus declaraciones a un portal de noticias de salud que los pescados que contienen más mercurio, especialmente metilmercurio, la forma más tóxica de este metal, son los que han vivido más tiempo alimentándose de otros peces más pequeños. Es decir, los peces que están más arriba en la cadena alimenticia.
Por otro lado, el pescado de granja (el famoso pescado de piscifactoría), según el profesor, al tener una alimentación más controlada, no acumula tanta concentración de metilmercurio por muy grande que sea la especie, ya que no ha tenido ocasión de ello, por lo que es importante conocer esta diferencia entre pescado salvaje y pescado de granja o piscifactoría.
Habría una excepción: el cotizado atún rojo. Una especie de pescado muy cotizada en el mercado por su calidad y sus características organolépticas. Curiosamente, este pescado posee en su sangre una proteína que incluye un aminoácido con selenio que ayuda a la detoxificación del mercurio en la sangre del pescado.
En conclusión, según los expertos, el consumo de estos pescados de una forma moderada en adultos no tiene un riesgo excesivo y sí muchos beneficios nutricionales. Aunque es verdad que el consumo de pescado contaminado con metilmercurio por parte de mujeres embarazadas sí contiene un riesgo muy elevado para el desarrollo neurológico del feto, por lo que debería ser controlado. En estos casos se recomienda no consumir pescado salvaje de gran tamaño y controlar mucho la cantidad de pescado semanal que consume.
Seguramente, después de leer esta noticia, no sea la única duda que te surge sobre el mercurio y el consumo de pescado, por lo que también vamos a despejar otras para que nos quede claro por qué no debemos dejar de consumir pescado:
¿Tienen mercurio todos los pescados?
Sí. Según la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y nutrición), las especies que tienen un contenido alto en mercurio son: el pez espada o emperador, el atún rojo, los pescados de la familia del tiburón como el cazón, marrajo, mielgas, tintorera y pintarroja, y el lucio. En su web también podemos encontrar una lista de otras especies que poseen muy poca cantidad (pero también tienen): boquerones, bacalao, caballa, dorada, lubina, merluza, sardinas o trucha, entre otros. Ninguno está 100% libre, pero como hemos dicho, es un riesgo controlado.
Debemos tener en cuenta que cuantos más años y más grande sean los peces, más mercurio acumulan. Fundamentalmente los grandes depredadores que se alimentan de peces más pequeños como el atún rojo o el pez espada.
¿Es peligroso el mercurio para los niños?
Sí. El principal efecto de este metal es el deterioro del desarrollo neurológico, debido a que el mercurio se comporta como una toxina neurológica, afectando al cerebro y al sistema nervioso. En el caso de los niños, al estar en pleno desarrollo, son mucho más vulnerables a sus efectos.
Por este motivo, las especies con alto contenido en mercurio están absolutamente prohibidas según la AESAN hasta los diez años, y, entre los diez y los 14 años, se pueden comer unos 120 gramos de estos pescados al mes. Por otro lado, sí se puede comer atún en lata (porque no es atún rojo) y también pescado de bajo y m edio contenido en mercurio, alrededor de entre tres y cuatro raciones a la semana.
¿Comer mucho pescado es peligroso?
No. De hecho, para que un adulto llegue a intoxicarse con mercurio tendría que consumir pescado de una forma constante y prolongada. Aunque hay algunos casos mediáticos, como la famosa Victoria Beckham, que asegura que su dieta durante años había estado basada solo en pescados de la familia de los pescados depredadores, como el atún rojo, e incluso que lo llegaba a consumir hasta dos veces al día.
A este respecto, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) hacen continuamente evaluaciones del riesgo y establecen cuáles son los niveles de ingesta tolerables de los pescados que están en nuestros mercados.
¿Tiene más mercurio el atún en lata que el fresco?
No. Sea fresco, congelado o en lata, esta diferencia no influye en la cantidad de mercurio que pueden contener. Igualmente, tampoco influye que el atún en lata esté en aceite, al natural o en escabeche. Lo que sí influye es el tipo de pescado.
De hecho, en lata es donde se encuentran menos niveles de mercurio debido a que los fabricantes utilizan atunes más pequeños (de unos 20-25 kilos). Una lata de 52 gramos de atún tiene de media unos 23,92 microgramos de mercurio. Dicho de otra manera, el límite, para una persona de unos 60 kilos, serían 10 latas de atún a la semana