Dice Irene G. Punto en su poemario 'Lo que todos callan' que la definición que hace la RAE de postparto es imprecisa, dudosa e inexacta y no le falta razón.
Postparto, según la RAE: periodo que transcurre desde el parto hasta que la mujer vuelve a su estado ordinario anterior a la gestación.
Nada más alejado de la realidad. Porque como dice Irene, el postparto no es solo un viaje físico sino también espiritual. Es imposible que una mujer vuelva al estado anterior a la gestación. Sabemos que tu definición querida RAE es literal y que en tus palabras no entran matices, pero es que si seguimos definiendo la vida y los estados emocionales de manera tan fría nunca avanzaremos y las mujeres nos sentiremos eternamente solas en nuestra maternidad.
7 de cada 10 mujeres se sienten solas en la crianza y educación de sus hijos e hijas y no me extraña porque la maternidad, sobre todo en los primeros años se vive en soledad, calladas, invisibles. Nos han vendido que tenemos que ser súper mujeres que podemos con todo y cualquier signo de debilidad o malestar es castigado socialmente.
Todavía recuerdo como si fuera ayer cuando me fui de baja embarazada de 38 semanas en mi primer embarazo.
¿Qué ha pasado? Pero si estabas fenomenal ayer.
Esas palabras me dolieron muchísimo en su momento, pero ahora con la distancia de los años y la experiencia sé que yo fui también responsable de esa reacción. Caí en la trampa de la embarazada perfecta, que no se queja, que pone una sonrisa y que dice "estoy fenomenal", para ocultar el cansancio, la ciática y el mambo hormonal que había en mi interior. Cómplice de la farsa de la maternidad desde el comienzo. Con 29 años que me quedé embarazada tenía muy interiorizadas frases como "estar embarazada no es estar enferma" y "se puede trabajar hasta el último día". Y lo llevé al extremo, tanto que mi actitud se volvió en mi contra y parecía que estaba engañando al mundo cuando necesitaba parar y descansar, para preparar la llegada de mi bebé.
El postparto es el estado emocional más fuerte que he vivido. Esa mezcla de amor infinito y soledad que duele. Esa sensación de estar acompañada y perdida a la vez. Esa culpa constante por no ser la madre perfecta que esperabas y esa tristeza al mirarte al espejo y no reconocerte. Con el tiempo esto va cambiando o quizás no, pero creces, te autoconoces y te esperas. Pero nunca vuelves al estado de antes.
Así que, querida RAE, por el bien de la humanidad y por el futuro de la sociedad, ve actualizando estas definiciones, que nada tienen que ver con lo que vivimos las que lo sufrimos. Si quieres te ayudamos en esta tarea y de paso: incluye "malamadrear" que eso sí nos quita un poco la depresión postparto, que todavía me dura, al menos a mí.
Poesía y madres,
somos mujeres que,
con la lírica en carne viva,
el canto destemplado,
las rimas revueltas,
o la inspiración dolida,
siempre os vamos a soplar
de cara
y en la dirección del verso.
Amor a demanda
Poema de 'Lo que todas callan'.
Irene G. Punto.