Ahora sí que sí, ha comenzado el año, se han acabado las fiestas y damos la bienvenida al primer día de colegio con la emoción de Malamadre contenida, aunque el árbol de Navidad siga plantado en mitad del salón. ¡Ha vuelto la bendita rutina a nuestros hogares! Y con ella se han acabado las excusas para comer por comer y para postergar los propósitos de año nuevo. Aunque os confesaré algo. Llegados a este punto en el que me tengo que dar la vuelta en la cama en 3 tiempos, me asfixio para atarme los cordones de las únicas zapatillas donde entran mis pies-botas y echo fuego por la boca con cualquier cosita que como, mientras todo el mundo me sigue preguntando si vienen dos cuando ven mi gigantobarriga, estoy por comprometerme a un único propósito: SO-BRE-VI-VIR, que ya es bastante con los tiempos que corren.

Pero las redes sociales se llenan de propósitos MEGA fantásticos que te meten en la cabeza metas imposibles como adelgazar los 5 kilos que llevas arrastrando desde el primer postparto hace ya más 8 años, pagar la cuota del gimnasio y además dejarte ver algún día, sacarte el First Certificate, según prometiste a tu madre en los 90, escaparte con el buenpadre un par de veces este año, aunque sea al bar de la esquina, Malamadrear más y mejor o hacer el viaje con amigas que organizasteis hace una década... cuando cumplisteis 30 y os parecía que se acababa la vida...

¡Ay alma cándida! ¿Qué necesidad hay de frustrarse? ¡Sé realista! Y ya para qué queremos más cuando caen sobre tu conciencia los propósitos de madre Alfa que todas tenemos en nuestro interior, que solo nos llevan inexorablemente a dar alas a LA CULPA en mayúsculas. A mí me perturban de noche dos:

- gritar menos a mis hijas. He perdido la cuenta de la de veces que ayer por la tarde grité: "dejad de pelearos, iros a vuestro cuarto, me vais a quitar de este mundo".

- jugar más con ellas tiradas en el suelo en amor y compañía, disfrutando de una tarde de cupcakes y confesiones madre-hijas.

Un momento. RELAX. Lo estás haciendo bien. O al menos lo mejor que sabes. Educando con sentido común, con la paciencia que te da esta vida y siempre con mucho amor del bueno. El caso es que el otro día en Instagram pregunté a las Malasmadres por sus propósitos de año nuevo y el más compartido me genera felicidad y tristeza a la vez. Leía entre muchos mensajes:

"Cuidarme"

"Dedicar alguna hora a la semana a mí misma"

"No olvidarme de mí"

"Tener tiempo para mí"...

No tenemos ni una hora para nosotras mismas. Para ser exactas "54 minutos de tiempo libre al día tenemos las mujeres madres", según nuestro estudio 'concilia 13F' y nos fustigamos por dedicarle poco tiempo a nuestros hijos e hijas cada día. Algo no está funcionando amigas.

Mientras esperamos que se obre el milagro y que el nuevo gobierno recién estrenado ponga en marcha propuestas reales que mejoren la conciliación, trabajen por horarios racionales, jornadas flexibles, por dar más apoyo a la maternidad/paternidad nos toca a nosotras coger las riendas y PRIORIZARNOS. Porque si no nos cuidamos nosotras mismas, NADIE lo va a hacer.

Así que cojan su agenda de Malamadre y señalen una cita consigo misma al día, ya sea para ducharse con el pestillo cerrado, para hacerse la dormida por la noche, para ir a tirar la basura en soledad o para por fin comenzar a cuidarnos y cumplir el único propósito que de verdad debería importarnos porque cuidarse es un derecho y no un privilegio.

¡Feliz 2020 de autocuidado, Malasmadres!