Nadie en el PP lo ha visto. O eso dicen. Nadie lo enseña. Pero todos hablan de él. Es el informe que el Consejo de Estado hizo sobre el decreto de Fondos Europeos que redactó el Gobierno. Porque el informe existe. El Consejo de Estado es un órgano consultivo que trabaja para dar rigor jurídico a las normas que redacta el Ejecutivo.
En el PP aseguran que el Informe sobre los fondos que salvarán nuestra economía es "demoledor". Que pone en cuestión el diseño del Gobierno para repartir el dinero por relajar la Ley de contratos que debería evitar irregularidades. Los populares reconocen que el chivatazo viene de miembros del organismo vinculados al partido en el pasado. Pablo Casado acusa al Gobierno de ocultarlo en un cajón porque es contrario a sus intereses y mantiene que tendría que haberse hecho público antes de que el decreto se votara en el Congreso.
El Gobierno se encontró por sorpresa con esta polémica. En los ojos de la Vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, se vio claramente que no lo esperaban. Ella niega que tengan que hacerlo público porque no es un informe vinculante. Lo pidieron, lo leyeron e incluyeron en el texto aquello que les pareció oportuno. Lo que no, lo desecharon.
No solo el PP, también Ciudadanos se queja de que para votar un decreto conviene tener todos los elementos de juicio y el Gobierno debería haber enviado al Congreso la opinión del Consejo de Estado sin que nadie se lo reclamara.
La polémica ocupó buena parte de la mañana parlamentaria y abrió informativos. El Gobierno no se movió de su sitio. Podría haberla parado enseñando el informe. Si es verdad que no tienen nada que ocultar, hubiera sido una buena estrategia. Pero no, se mantienen en que no tienen obligación de hacerlo público y que, ahora que lo han pedido varios grupos parlamentarios, lo harán cuando toque y no arrastrando los pies detrás del Partido Popular.
Otra lectura que hace el Gobierno es que el PP tiene resaca después de votar en contra de un decreto vital para el futuro de España y dejar que Vox se presentara como un partido más responsable que los de Génova. Lo cierto es que el informe, de ser demoledor, avalaría el voto en contra del PP por el peligro de que, ante el poco control en el reparto de los fondos, las ayudas acaben generando algunos casos de corrupción.
Fue el tema estrella en el Congreso durante unas horas. Hacía tiempo que la oposición no lograba marcar la agenda con una tema propio. De hecho los populares se quejan amargamente de que les cuesta ocupar espacio en los medios y que es muy difícil competir con la maquinaria de marketing que maneja el ejecutivo de Sánchez.
Ayer ocurrió. Estuvieron en el foco. Pero una vez más, tuvieron mala suerte. Una vez más, apareció Bárcenas con una confesión bomba. El extesorero ha mandado un escrito a Anticorrupción diciendo que Mariano Rajoy sabía de la financiación B del partido y que fue el propio expresidente quien destruyó la documentación que Bárcenas le enseñó en su despacho. Y sugiere que las donaciones eran finalistas, que se hacían a cambio de adjudicaciones de obras públicas. El juicio por la Caja B que operaba en Génova empieza el lunes. Tendrá que ser muy demoledor el informe del Consejo de Estado para que cause más estupor que lo que se va a decir en la Audiencia Nacional.
Al final siempre aparece el mismo fantasma en la sede de Génova. Y no es el informe.