Siempre aparecen. Puntuales a su cita. Los Presupuestos Generales del Estado han vuelto para recordarle a Pedro Sánchez que su Gobierno de coalición es débil y necesita apoyos parlamentarios para sobrevivir.
Hoy terminaba el plazo para que los socios de investidura, PNV y ERC, decidieran si devolvían las cuentas para 2022. La incógnita se ha despejado in extremis tras horas de negociación e intercambio de papeles. Los portavoces nacionalistas e independentistas siempre se quejan de que el Gobierno deja todo para el final y va a ser verdad.
Llevaban semanas avisando de que las conversaciones no avanzaban y de que los socialistas no bajaban al detalle pero los puntos de encuentro, llevando la negociación al límite, han llegado con la hora del reloj pisándoles los talones.
Finalmente PNV y ERC se abren a que se inicie la tramitación de los Presupuestos. De momento solo se trata de eso. Para que ambos partidos de un sí definitivo faltan semanas. Es una primera fase para decirle a Moncloa que están dispuestos a seguir negociando. Negociar para seguir negociando. El día a día de un Gobierno en minoría.
El PNV ha conseguido algo que lleva reclamando desde el año pasado: la gestión íntegra del Ingreso Mínimo Vital. Esto ya se lo había prometido el PSOE en los anteriores presupuestos pero no se había cumplido todavía. Así que el PNV negocia sobre mojado con el temor de volver a resbalarse.
El PSOE es ese partido que pacta las cosas dos veces. Dice ser un Gobierno que cumple pero los cierto es que no todo lo cumple a la primera de cambio. Todo lo contrario, sus interlocutores protestan por su falta de compromiso. Pero ahí está el PNV, volviendo a pactar lo mismo con la esperanza de que esta vez sí, cumplan.
ERC también sale con trofeo de su primera negociación con los socialistas. El PSOE se ha comprometido a pactar con ellos, y solo con ellos, el contenido de la nueva Ley Audiovisual. Bruselas obliga a tenerla lista antes del 31 de diciembre así que el acuerdo deben materializarse en las próximas semanas, casi en paralelo a la tramitación de los Presupuestos.
ERC quiere que la ley audiovisual contemple cuotas obligatorias de producción audiovisual en las tres lenguas cooficiales. Los socialistas se resisten a hablar de cuotas y aseguran que lo que han pactado es encontrar mecanismos para proteger las lenguas y los sectores audiovisuales de los territorios.
Las negociaciones con los dos partidos se han llevado casi hasta el límite. Ambos acuerdos se han cerrado horas antes de que acabara el plazo para registrar en el Congreso las enmiendas de totalidad. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, asegura que se ha establecido una confianza que permite a partir de ahora sentarse a negociar otros asuntos como la llegada del AVE a Euskadi.
ERC ha podido enarbolar la bandera de que defiende la identidad catalana y los empleos de la industria audiovisual de su comunidad frente al discurso de de sus socios y enemigos de Junts, que siempre les acusan de venderse por un plato de lentejas.
A pesar de la intriga vivida hasta el último minuto, es por todos sabido que ni al PNV ni a ERC les interesa tumbar estas cuentas. Otra cosa es que apuren su estrategia para hacerle ver al PSOE que sus votos son necesarios y por supuesto no son gratuitos.
Hay otro partido que hoy ha ayudado a que el PSOE esté más tranquilo: Bildu. El partido de Otegi tampoco ha registrado enmienda. Aseguran que las negociaciones con el Gobierno avanzan y son positivas. Son cinco votos que no son necesarios pero que ayudan a que el margen sea más holgado.
Todo encarrilado por tanto para que el 1 de diciembre de 2022 haya unas nuevas cuentas que les den estabilidad al Gobierno y el oxígeno político que necesita para que no se tuerza la recuperación económica que tanto ansían.
Por delante quedan semanas de tramitación parlamentaria en la que unos y otros seguirán presionando al Gobierno para sacarle compromisos. Pero hoy podemos decir que los presupuestos están más cerca.