Los veo aparecer. Están nerviosos, llevan la mirada perdida y no paran de rascarse los brazos mientras hacen cola en el cajero automático. Así ocurre todos los meses. Siempre pensé que se podría escribir un reportaje a partir de esta imagen, un reportaje desde los márgenes donde apareciesen ellos: los yonquis de Cádiz; hombres y mujeres que los días 10 de cada mes se acercan al cajero a sacar los 430 euros de ayuda social y, de seguido, cogen el bus a Sanlúcar donde los precios están más baratos.
Por 90 euros pillan 16 papelinas de rebujito, heroína y cocaína mezclada que estiran y trapichean para volver a financiarse siguiendo el modelo de economía capitalista pero en plan marginal; o sea, como diría Paco Umbral que en sus buenos tiempos también buscó en los márgenes materia para sus escritos. Pero esta vez no vengo aquí a hablar de Paco Umbral ni tampoco de sus libros. Esta vez vengo aquí a hablar de Costo, un trabajo notable y muy completo que firma Andros Lozano, periodista especializado en el narcotráfico del Estrecho y que nos lleva de viaje en lancha neumática hasta la otra orilla donde se está alijando un cargamento de resina de hachís para distribuir en Europa.
La lancha ha salido de un chalet cercano al río Guadarranque; siguiendo su curso llegan hasta las aguas del Estrecho. Los narcotraficantes han comprado parcelas a orillas del río para construir sus bases operativas. Han levantado casoplones con garajes donde cuelgan las lanchas neumáticas a la espera de ponerse a la labor. Debido al tráfico incesante en la desembocadura del río, el
Ministerio del Interior decidió cruzar una barrera para que los narcos no pudieran salir al mar abierto. Pero los narcos la rompieron pocos días después. El negocio del narcotráfico da más empleo que el INEM en esta zona y la gente no esta dispuesta a perder su currelo.
Al otro lado del Estrecho, en el barrio del Príncipe, en Ceuta, durante la pandemia, el negocio siguió en activo con ayuda de la tecnología punta. De esta manera, fardos de hachís se pasaban de una frontera a otra con ayuda de drones. Tal y como cuenta Andros Lozano en este libro reportaje, el futuro del narcotráfico reside en estas aeronaves sin tripulación manejadas desde tierra. Resulta asombroso cómo la inventiva del narco va por delante de la ley y el orden establecidos desde un Ministerio del Interior donde algunos de sus funcionarios han aceptado el soborno de los narcos. Sucedió con buena parte de la plantilla de la Guardia Civil destinada en el cuartel de Isla Mayor, una localidad situada en la ribera del Guadalquivir.
Lo más infame de todo es que llegaron a puentearse entre ellos, desplazando al sargento cuando este empezó a sospechar que le ocultaban información acerca de los alijos. Asuntos como el citado llenan la lectura de un libro que es hermano gemelo de ese otro que salió hace unos años y que venía firmado por Nacho Carretero, me refiero a Fariña. Ambos han sido publicados por Libros del K.O.
Por lo dicho, si quieren conocer de qué va el movimiento de lanchas por el Estrecho, el ir y venir de yonquis a Sanlúcar los días de cobro de la paga no contributiva y otras cosas de la misma cuerda, no se pierdan Costo.