Estamos en la cubierta del Astral, es el hermano pequeño del Open Arms. Con Astral empezó todo, un barco de 50 años que en sus dos últimos años de vida ha rescatado a más de 14.000 personas en el Mediterráneo.
Este profundo proceso de reparación y mantenimiento en el que se encuentra es posible gracias al apoyo de muchos ciudadanos y el trabajo de muchos voluntarios y voluntarios. Cuando esté a punto volverá a realizar sus funciones de monitoreo y de protección de la vida humana en el Mediterráneo. Mientras tanto, su hermano el Open Arms navega por aguas griegas hacia su última escala para entrega 10 toneladas de ayuda humanitaria.
Es paradójico que mientras contamos con el apoyo de la ciudadanía y de voluntarios tanto de Italia como de España, los Gobiernos de estos países amenacen con multas, de 5.000 euros por rescatar una vida en el mar, en el caso del primero; y de entre 200.000 y 900.000 euros por navegar en zona de búsqueda al sur de Europa, en el caso de España.
Es increíble que frente al apoyo de la ciudadanía nos sigamos encontrando con la política del bloqueo de puertos, del bloqueo de barcos y con no permitir la ayuda humanitaria en el mar.
Ahora que han pasado las elecciones les pregunto: ¿han valido la pena los 400 muertos?
Seguiremos haciendo lo que hemos hecho hasta ahora, proteger la vida humana en el mar, porque tenemos el apoyo de la ciudadanía. Eso es lo que vamos a hacer.