Sí, lo reconozco: odio la 'Mona Lisa'. No el cuadro en sí, sino todo lo que le rodea. Primero, esas masas de gente a empujones en el Louvre para hacerle una foto. Que anda que no hay fotografías de ella en Internet…

Y luego están todas las teorías sobre su identidad: que si es la madre china secreta de Da Vinci… que si es el propio Leonardo vestido de mujer… Hay quien dice incluso que es Salai, el novio del artista, porque se parece mucho a los retratos que pintó de él (mira el vídeo para comprobarlo).

Además tenemos la hipótesis de que la Gioconda tenía sífilis por el color verdoso de la piel. O lo de que sufría problemas de metabolismo por los bultos de grasa de su cara... O que si el velo de la cabeza indica que estaba embarazada...

Y, como no, las teorías de la conspiración: unos hablan de que tiene mensajes microscópicos ocultos en el ojo, otros creen que en realidad el cuadro del Louvre es una copia y que el original lo tiene escondido un millonario...

Vamos, que lo sabemos todo sobre este cuadro y nos pegamos por verlo... pero ni nos molestamos en mirarlo. La prueba es que muy poca gente se ha dado cuenta de que la Mona Lisa no tiene ni cejas, ni pestañas. Se cree que se las borraron sin querer en una restauración fallida. Algo que, por cierto, le da un aire mucho más elegante al retrato.

Esta anécdota demuestra que no miramos con atención. Por eso, en este muro vamos a hacer terapia para empezar a observar de verdad el arte. Os aseguro que lo de las cejas depiladas de la 'Mona Lisa' se va a quedar en nada comparado con lo que vamos a descubrir.