Una lona de Vox que llama a tirar derechos por tierra en pleno centro de Madrid ha causado furor entre las organizaciones feministas, los movimientos por el cambio climático o los derechos LGTBI. En ella, el partido de extrema derecha se dibuja con una mano con una bandera de España en la muñeca que tira a la basura la Agenda 2030, la estelada o la bandera LGTBI.

Una muestra de odio bajo el lema 'decide lo que importa' que ha preocupado a las organizaciones de derechos humanos. Organizaciones feministas creen que es el momento de unirse contra este ataque que, a su juicio, pretende "impedir que se consoliden los derechos que tanto esfuerzo ha costado conseguir a todos y todas".

Al colectivo LGTBI la lona les parece una descripción perfecta de mundo que quiere Vox. "Es un proyecto basado en el odio, en la exclusión a las minorías y a la diversidad, y no podemos permitirlo", ha indicado el presidente de COGAM, Ronny de la Cruz.

Además, afirman que el movimiento de la formación es oportunista, ya que llega en plena presentación del Orgullo 2023, que estará dedicado a las familias diversas. Por este motivo, piden salir más que nunca a la calle el 1 de julio e implicación a los partidos para frenar a la ultraderecha y sus ataques de odio.

"No podemos permitir estos discursos y para ello queremos impulsar un pacto de estado contra los discursos de odio", ha expuesto Uge Sangil, presidenta de la FELGTBI+. Un mensaje que también dirigen al PP, al que exigen que se posicione a favor de los derechos y contra su socio de muchos gobiernos.

La presentación del Orgullo contó con la ausencia del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida. Y hoy, el concejal de Políticas Sociales, Familia e Igualdad del Consistorio de la capital, José Fernández Sánchez, ha restado importancia a la lona afirmando que "cada uno hace la campaña electoral que considera".

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès; la secretaria general de ERC en funciones, Marta Rovira, y el diputado de ERC en el Parlament Rubén Wagensberg, se reúnen en el Palau de la Generalitat.

El acuerdo, más cerca

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