En grupo, en solitario o en pareja, Madrid se llenó de sonrisas, de amor y de orgullo, mucho orgullo. Todos y todas unidos por una cuestión aún por reivindicar: la diversidad. Hay colectivos que tienen un largo camino por recorrer, dicen, como el trans: "Prácticamente con las personas trans falta todo por hacer, leyes no solo que se redacten, sino que se cumplan".
Pero ahí están, junto a miles de personas para luchar por sus derechos: "Tenemos que poder salir a la calle sin miedo a que nos peguen o por darnos un beso". Incluso en los colectivos más conservadores como las fuerzas de seguridad: "Se ha notado una renovación del cuerpo, la gente joven que viene con ideas innovadoras" explica Rufino Arco, presidente de LGTBIPOL.
Hay historias duras, sobre todo fuera de las ciudades: "Lo que es la zona rural, cuesta mucho visibilizar lo que es el salir del armario para una chica". También en otras partes del mundo, como cuenta un africano: "Solo aun en África existe pena de muerte y pena de cárcel por ser LGTBI".
Pero en Madrid no había diferencia y frente a una Cibeles orgullosa, arropada por la multitud, hasta que cayó la noche miles de personas celebraron ayer la diversidad bajo la onda de la bandera de la libertad.