Los décimos de la Lotería de Navidad contiene todos los años desde 1954 una obra protagonista. Todas ellas tienen en común una cosa: se encuentran en el Museo del Prado. Al principio, las imágenes no tenían una categoría común pero desde hace unos años sí y las imágenes están relacionadas con la Navidad.

Los encargados de seleccionar la estampa de cada año es el Museo Nacional del Prado, quien hace una selección de las obras, y la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, entidad que se fija en las obras que mejor se adaptan al diseño.

Así, este año, la elegida ha sido 'La Natividad' de Francisco y Rodrigo de Osona, fechada en 1490. En ella aparece La Virgen María y San José orando de rodillas junto a Jesús recién nacido, acompañados por tres ángeles que arropan al Niño. En el exterior se asoman tres pastores por las ruinas del portal y, al fondo, quedan representados el buey y la mula.

Se muestra un paisaje idílico, como las arquitecturas típicas de las ciudades del norte de Europa, la composición, los colores gris azulados utilizados y el hieratismo de las figuras con ropas de pliegues acartonados, remiten al estilo hispanoflamenco en el que inicia su formación Rodrigo y que asimila su hijo Francisco, explica el Museo del Prado. La imagen original procede del retablo mayor de la iglesia de Santa María de Alicante, añade.

Sus autores, padre e hijo, se confunden ahora y lo hicieron entonces. Al más joven, Francisco, le empezaron a llamar 'Rodrigo de Osona el joven'. De hecho, su trabajó llevo el nombre de su padre hasta, no hace mucho, ha sido aislado por los expertos. Aún así, su trabajo es prácticamente imposible de diferenciarse. Por varios motivos.

Los dos trabajaron en el obrador familiar y juntos afrontaron las empresas artísticas que llegaban al negocio familiar. También murieron en años muy cercanos. Primero el hijo, Francisco, en 1514, y luego su padre, en 1518.