A la espera del desembarco chino en competición

Siendo el mayor productor mundial de automóviles puede ser sorprendente la escasa presencia de fabricantes chinos en competición. Pero que no los veamos no significa que no estén. Desde mediados de los ochenta el automovilismo deportivo ha crecido de forma exponencial en China al margen del tradicional Gran Premio de Macao en la antigua colonia lusa, primero a través de rallyes del certamen Asia-Pacífico, luego con ocasionales visitas extranjeras potenciadas por promotores como Stéphane Ratel y finalmente con la construcción de numerosos trazados de nivel internacional en los últimos diez años. Los certámenes chinos de rallyes y turismos gozan de una salud que daría envidia a cualquier campeonato europeo. En el CTCC conviven tres categorías en la que abundan las marcas y desde hace años ya se implican preparadores europeos para colaborar con los proyectos locales, además de abrir la puerta a partir de 2016 a la participación de pilotos extranjeros, mientras que en rallyes los especialistas europeos se cortan aún menos y diseñan vehículos específicamente destinados al Chino de Rallyes: fue el caso del Volkswagen Golf SCRC desarrollado por Prodrive.

Cierto es que las marcas europeas, aún tratándose de programas locales, son las que protagonizan estos certámenes, pero los fabricantes chinos también están presentes en competición. Sin ir más lejos el recién estrenado Campeonato Chino de Fórmula 4 monta motores Geely, mientras que Haima y BAIC están involucradas en el Chino de Turismos. A nivel internacional todo es más exótico. Brilliance anunció un programa en el Mundial de Turismos hace una década que jamás llegó a ser una realidad, mientras que  Great Wall puede presumir de haber liderado el Dakar gracias a Carlos Sousa y un Haval basado en los exitosos BMW X3 CC de X-Raid y mantenido por SMG. Ahora compiten sólo en China, donde acabaron en el podio del último Great China Rally a la espera de conocer si el proyecto tendrá continuidad.

El Dakar parece terreno propicio pues también se han visto programas de Foton o Jincheng. La elección no es casual. No sólo se trata del escenario perfecto para contrarrestar los mitos que siempre rodean a los productos chinos sino que además es en Sudamérica, África y Asia donde las marcas chinas tienen ahora mismo presencia internacional. Aún así últimamente se ven movimientos interesantes como la compra por parte de Geely de un circuito estadounidense, el Miller Motorsports Park de Utah. De hecho, aunque no veamos sus marcas locales, los fabricantes chinos están más cerca de lo que creemos. Tras la adquisición por parte de Geely Volvo ha pasado de competir tan sólo en el Escandinavo de Turismos a expandirse por Australia con un programa en V8 Supercars y ahora lanzarse al Mundial de Turismos. Un fenómeno similar vivió MG, presente desde hace un lustro en el Británico de Turismos.

Y no podemos olvidarnos del triunfo de NEXTEV TCR de la mano de Nelsinho Piquet y Campos Racing en la primera temporada de la Fórmula E. Cierto es que fue utilizando la misma tecnología que el resto de equipos y que el estreno de su motor en 2015 no ha sido el ideal, pero ya es campo abonado para que veamos futuros proyectos chinos a nivel internacional. Ahora bien, sólo tendrán sentido si sus productos llegan hasta nuestros mercados. Y es que hoy en día la competición al más alto nivel debe justificarse mediante el marketing.