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Carlos Sainz gana el Dakar 2018. Así se gestó su triunfo
Carlos Sainz gana el Dakar 2018. Así se gestó su triunfo
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Hubo que esperar hasta el último kilómetro de la última especial, pero Carlos Sainz y Lucas cruz certificaban hace sólo unos minutos el segundo Dakar de sus carreras deportivas ocho años después de haber conseguido levantar su primer tuareg en las calles de Buenos Aires. La pareja española cerraba de esta forma una etapa de mucho trabajo en Peugeot Sport, en la que fueron clave para la evolución del concepto buggy con el que la firma del león se ha anotado las tres últimas victorias en la prueba off-road más exigente del mundo. Se cerraban así dos semanas de carrera muy duras, con una primera parte con mucha arena y desierto gracias a la vuelta de Perú al itinerario y en las que hubo muchos abandonos entre los grandes candidatos a hacerse con el triunfo final en coches. Nani Roma, Sébastien Loeb o Mikko Hirvonen no llegaron a la etapa de descanso con opciones, mientras que Peterhansel mantenía media hora de ventaja sobre un Carlos Sainz que no estaba en su medio, cediendo uno de los días mucho tiempo en las dunas de la quinta etapa y sufriendo un semivuelco en la jornada posterior del que saldrían gracias a la ayuda de cuatro motoristas. Con el itinerario propuesto por Marc Coma y el resto de la ASO a los competidores llegando a Bolivia, en un terreno mucho más propicio para los pilotos venidos de los rallies, Sainz y Cruz decidieron endurecer el ritmo buscando acercarse lo máximo posible a Monsieur Dakar antes de acometer la segunda semana de carrera. Sin embargo, el accidente de Peterhansel alteraría el guion de una prueba que pasaba a comandar la pareja española con más de una hora de ventaja sobre el segundo clasificado, la Toyota Hilux V8 4x4 de Nasser Al-Attiyah. A partir de ahí Sainz jugó la baza de la paciencia. Administró su ventaja a pesar del varapalo que supuso la penalización de 10 minutos determinada por un colegio de comisarios que creyó en la palabra de Kees Koolen, piloto holandés de quads. Finalmente se demostró que el madrileño, ganador del Dakar 2010 no había realizado una maniobra peligrosa, algo que tiró por tierra la versión del denunciante y devolvió el tiempo arrebatado a los españoles a falta de sólo tres etapas para terminar la edición 2018. No hubo grandes sobresaltos de ahí al final más allá de un problema con la caja de cambios en la 12ª etapa que apenas le haría ceder tiempo a pesar de tener que completar los últimos 15 kilómetros del recorrido en tercera. El segundo accidente de Peterhansel en la etapa del viernes llegaba en el momento en que el francés ya empezaba a resultar incómodo frente a cualquier problema técnico mínimo que pudiera tener el Peugeot 3008 DKR Maxi #303. En la definitiva jornada de hoy, con apenas 120 kilómetros contra el cronometro en las cercanías de Córdoba, Argentina, Sainz y Lucas salían con la misma idea en mente. Allí Carlos ya sabía lo que era ganar, después de anotarse su último triunfo en el WRC sobre esas mismas pistas. Lo importante era no cometer locuras y hacer todo lo posible para llegar a meta con el coche intacto. Incluso decidieron apretar algo más en la segunda parte de la especial con el fin de no perder la concentración. Habían logrado su segunda victoria en el Dakar ocho años después de coronarse con el Volkswagen Race Touareg oficial por las calles de la capital albiceleste. Peugeot Sport se despedía con la victoria cosechada por Carlos Sainz y Lucas Cruz con el que es su tercer triunfo consecutivo, aunque con el sabor agridulce del accidente de Peterhansel en la jornada de ayer que finalmente les ha impedido alcanzar el doblete. Dice adiós el Dream Team de la firma del león en uno de los años más duro y en los que su supremacía ha llegado a estar en peligro debido a las mejoras que traían sus rivales, principalmente los vehículos del Toyota GAZOO Racing South Africa. Precisamente dos de sus pilotos, Nasser Al-Attiyah y Giniel De Villiers serán los encargados de subir al podio junto al bicampeón del Mundial de Rallies esta noche en Córdoba. En el caso del qatarí, que finalizaba a 43 minutos y 20 segundos, prometía ganar la edición del próximo año sea cual sea su futuro equipo (existen rumores de que Nasser podría comprar los Peugeot 3008 DKR Maxi). Se completan así dos semanas marcadas por la dureza y las trampas del desierto, por la altitud del altiplano boliviano, el cual este año pasó prácticamente de puntillas, y por una última semana al sprint, en la que el veterano Carlos Sainz, de 55 años y su mano derecha, el ingeniero informático de formación, Lucas Cruz, consiguieron recoger los frutos a cuatro años de esfuerzo en la sombra y dedicación. Toda una demostración de cómo se realiza una carrera sin errores y sabiendo leer cada uno de los tempos de la misma, este año sí, el rally-raid más duro del planeta.
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