Citroën apura a la FIA para que los híbridos lleguen al WRC

Jean Todt fue el primero en avisar, el Mundial de Rallies no se podía quedar en el inmovilismo, en esa traicionera sensación de estabilidad de la que está haciendo gala durante los últimos tres años y que se ha cobrado otras víctimas como es el caso del Mundial de Resistencia o el World RX con las marchas de todos sus fabricantes en periodos de tiempo muy cortos que obligaron a reconstruir por completo ambos proyectos.

El presidente de la FIA había insistido durante las reuniones con los fabricantes y el promotor del WRC que era necesario que la próxima normativa técnica a estrenar en 2022 tuviera una suerte de electrificación para asegurarse que el campeonato no se quedaba completamente anclado al pasado y que se movía acorde a los tiempos. Todt reconocía el pasado mes de febrero en declaraciones al medio británico Autosport que esta opción de unos World Rally Cars electrificados estaba mucho más cerca cuando todo parecía indicar que los fabricantes y los principales implicados ya habían asimilado que se trataba de una patada a seguir obligatoria para mirar hacia un futuro próspero y equilibrado.

El francés, antiguo responsable de la Scuderia Ferrari y de Peugeot en el Mundial de Rallies y en el Dakar, apuntaba que le generaba una gran frustración el acudir a los distintos salones del automóvil que hay a lo largo del planeta y comprobar que mientras que los coches de producción iban hacia un lado, el WRC se mantenía inmóvil ante las nuevas tecnologías. Tras apuntar que se había empezado a trabajar en una hibridación con los técnicos de la FIA y los fabricantes, ha sido Linda Jackson, responsable de Citroën, la que ha recogido el guante y ha lanzado un ultimátum: si la normativa no se dirige hacia la electrificación, la firma de los dos chevrones abandonará el campeonato a finales de 2020.

A la espera de que se presente el reglamento a tres años vista, algo que se debería producir tras alguno de los Consejos Mundiales tras el verano, la marca francesa sigue ligada al Mundial de Rallies por dos temporadas más, las mismas que tienen por contrato tanto Sébastien Ogier como Esapekka Lappi, sin embargo, una vez llegado al final de los mismos, no descartan con salir del campeonato si las condiciones no se dan, algo parecido a lo sucedido con Peugeot Sport en el Mundial de RallyCross.

Para mantenerse en un campeonato de dicha exigencia y desembolso económico, Citroën quiere que haya tecnologías que le permitan establecer sinergias con lo que los clientes se encontrarán en los concesionarios en los próximos seis años, yendo un paso más allá del puro marketing que supondría según Linda Jackson el que los WRC se mantuvieran con las actuales mecánicas 1.6 turbo sin apoyo eléctrico. Las declaraciones de la británica no dejan lugar a dudas: “cuanto más se amplíe la brecha entre los tipos de automóviles en WRC y lo que está sucediendo en nuestra gama, con electrificación, se convierte en una simple una herramienta de marketing. Por lo tanto, estás usando algo que no es necesariamente bueno para tu marca”.

Toyota en el pasado ya planteó la opción de tener vehículos híbridos en el Mundial, sin embargo, fue Citroën la primera en imaginárselo cuando en el Salón de París de 2008 presentó su Citroën C4 WRC HYmotion4, uno de los antiguos World Rally Cars con motor 2.0 turbo al que se le había asociado una batería de ion-litio compuesta por 990 células y un motor eléctrico que aportaba unos 170 CV puntualmente a un ICE que ya contaba con 330 CV. Más potencia, mucho más par, el aumento en 130 kg de peso respecto al mínimo reglamentario y la opción de recorrer hasta 40 kilómetros en motor 100% eléctrico.