Cuando lastrar al campeón mejora un campeonato

Es una verdad incómoda para todos los que escribimos sobre deporte, pero no por ello menos cierta: ser demasiado bueno aburre. Y aunque le pueda incordiar a Citroën Racing, los ochenta kilos de lastre que el Mundial de Turismos ha asignado a sus C-Elysée en el inicio del Mundial de Turismos 2016 han sido todo un acierto. El certamen organizado por Eurosport Events ha mejorado mucho con el inicio del nuevo año. Habrá aficionados que sigan prefiriendo otros campeonatos de turismos como el DTM, el BTCC o los Supercars australianos, pero al menos las seis primeras carreras de su temporada 2016 han cumplido con el mínimo requerido por cualquier aficionado al automovilismo: han sido divertidas.

Pechito sigue siendo el rey. El argentino se ha hecho con el triunfo en las tres carreras principales de cada fin de semana y dos de las pole position en juego. Pero tan importante como el resultado aquí es el cómo. Se lo ha tenido que currar. Bien luchando con su compañero Yvan Muller, a quien parece tener cogida la medida, bien sobreponiéndose a problemas mecánicos. Y encima sus rivales no están tan lejos: a sólo 12 puntos en la general está Tiago Monteiro. Y es que Honda ha dado un salto de calidad en 2016. Además del portugués, a un gran nivel, dispone de Rob Huff (quien protagonizó un bonito pique con Muller en Hungaroring, sanción polémica incluida) y Norbert Michelisz, al fin piloto oficial. Dos de las tres victorias en carreras de apertura han sido para los Civic desarrollados por JAS Motorsport. Además es importante lo de "carreras principales" y "carreras de apertura". El WTCC mantiene la inversión de parrilla como medida para fomentar el espectáculo, pero ha reordenado su fin de semana para que la primera carrera del domingo sea aquella en la que salen por delante algunos de los vehículos más lentos. Con los favoritos no queriendo arriesgar de más de cara a guardar el coche para la segunda carrera y los outsiders saliendo a cuchillo para aprovechar su gran oportunidad, el duelo está servido.

También es bonito ver en la pomada a Lada y Volvo. La marca rusa siempre parece en disposición de luchar con Citroën y Honda, pero sus pilotos son propensos a meterse en líos y las suspensiones del Vesta a partirse con facilidad, pese a lo cual Nick Catsburg ha brillado en más de una ocasión y el veteranísimo Gabriele Tarquini protagonizó una preciosa remontada bajo la lluvia en Hungría tras cambiar de neumáticos en la vuelta de formación de parrilla. Volvo necesitará primero solucionar sus numerosos problemas de fiabilidad y evitar cometer tantas infracciones reglamentarias, que han venido penalizando a sus S60 con retrasos en parrilla o descalificaciones. Aún así Thed Björk lo tiene todo para ser una estrella. Pero si alguien ha dado la nota en este inicio de temporada es Mehdi Bennani. El marroquí pilota un Citroën, pero privado, mantenido por Sébastien Loeb Racing. Bajo la lluvia se impuso en la primera carrera en Hungría y otros dos podios en carreras de apertura le colocan tercero de la general. En un certamen necesitado de pilotos privados y con unos Chevrolet Cruze quizá algo desfasados, esta es una gran noticia que animará a varios a reunir el presupuesto para en 2017 heredar los C-Elysée .