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Dakar 1992: el año en que la carrera atravesó África de norte a sur
Dakar 1992: el año en que la carrera atravesó África de norte a sur
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La edición de 1992 del Rally París-Dakar estaba concebida como una gran fiesta. La edición de aquel año proponía a todos sus participantes comenzar el 23 de 1991 en la salida protocolaria de Francia y atravesar por completo el continente africano, terminando el 16 de enero en Ciudad del Cabo, la capital de Sudáfrica. La ruta estaba planeada sobre un itinerario de 12.747 kilómetros, una de las mayores distancias para celebrar la 14ª edición de la carrera organizada por ASO, y recorrería localización como Libia, Nigeria, Chad, la República Centroafricana, Camerún, Gabón, la República del Congo, Angola y Namibia. Se trataba de la primera vez desde 1979 que la carrera no terminaba en el Lago Rosa del Dakar, una auténtica locura que incluía 22 etapas y recorrer 10 países hasta llegar a Sudáfrica. No sólo el desierto haría acto de aparición, sino que los participantes deberían afrontar secciones de Sabana, junglas, pistas estrechas y numerosos vadeos de ríos. Obviamente, con una distancia de estas características, cualquier cosa podía salir mal, siendo sin duda una de las ediciones de la carrera en la que los organizadores demostraron tener apenas control sobre la misma, algo que aumentaba ese sentimiento de aventura y en ocasiones de desamparo que se vivía en la cita africana. En estas circunstancias, la carrera llegaba a Namibia dónde se encontraba con un problema de grandes dimensiones: la crecida de un río cortaba la única vía de paso para los participantes. Los competidores en motos son los que llegan antes al obstáculo, siendo un jovencísimo Stéphane Peterhansel que apenas encaraba su quinta participación, uno de los primeros en lograr superar esa trampa de agua y fango. Uno de sus principales rivales, Danny Laporte, también lo intentaría, ahogándose su Cagiva y alertando al resto de motards que le seguían que tratar de cruzar el río se había tornado en inviable.
Gilbert Sabine, padre de Thierry y uno de los responsables de la prueba tras la muerte de su hijo, llegaba a la zona para evaluar las condiciones reales sobre el terreno, tomando la decisión de neutralizar la etapa y aerotransportar con uno de los helicópteros de la organización las tres motos que habían superado el vado de nuevo a la orilla dónde esperaban el resto de participantes. Peterhansel vería premiada su valentía y se llevaría su segundo Dakar como piloto Yamaha, mientras que la carrera en coches se veía decidida por una impresionante tormenta de arena de la que los Mitsubishi saldrían airosos, cosechando un triplete que sólo lograría repetir Peugeot en el pasado Dakar 2017. En la actualidad, Etienne Lavigne ha reconocido que se está pensando hacer algo parecido en Latinoamérica. Según declaraciones recientes del director de la prueba a un medio francés, la organización trabaja para que Chile vuelva a unirse al itinerario, mientras que uno de los grandes proyectos sigue siendo lo que se ha denominado como el Dakar del Pacífico, una carrera que atravesaría América Latina de norte a sur, comenzando en Colombia, concretamente en Cartagena y recorriendo, Chile, Perú, Ecuador y parte de Argentina.
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