La cita escandinava se ha visto recortada hasta casi la mitad de su itinerario inicial
Elfyn Evans lidera en una polémico Rally de Suecia acortado por la falta de nieve
El piloto galés de Toyota GAZOO Racing está demostrando poco a poco que ha llegado al mismo equipo de Sébastien Ogier para disputarle el título.
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Con más dudas que certezas. Hace poco más de una semana nadie hubiera apostado que el Rally de Suecia hubiera podido salir adelante debido a las temperaturas relativamente altas para la época del año en la que estamos y, por tanto, las dificultades para que el hielo y la nieve pudieran afianzarse sobre el terreno. La prueba se veía recortada a apenas una semana de disputarse, menguando por debajo de los 180 kilómetros cronometrados después de la inspección de la FIA, permitiendo que una de las citas más icónicas del WRC pudiera esquivar momentáneamente el riesgo de cancelación.
¿Cómo se llegó a esta situación? Los rallies, como una disciplina que utiliza carreteras abiertas al público como enlaces entre los tramos competitivos está a merced de la normativa de tráfico de cada país, y en este caso, tanto Suecia como Noruega (país en el que también se disputan algunas especiales) obligan a emplear neumáticos de invierno desde la llegada del frío a finales de año hasta la llegada de la primavera, por lo que los coches de competición no pueden usar para circular por dichos enlaces los neumáticos de tierra. Esto les obligaba disputar una competición sobre grava con compuestos preparados para el frío hielo y equipados por tres centenares de clavos en cada rueda.
Por si fuera poco, los World Rally Cars y coches más potentes prácticamente son capaces de arar la superficie de las pistas de tierra que no están endurecidas por el hielo, dejándolas impracticables. Con la humedad de la poca nieve fundida, las pérdidas económicas para los organizadores de la prueba podían ser astronómicas a la hora de reparar los caminos para que puedan ser empleados por los residentes de la región del Värmland, haciendo inevitable el recorte de los kilómetros competitivos. La cancelación a última hora de la superespecial programada en el hipódromo de Karlstad dejaba la segunda cita del WRC 2020 en apenas 10 tramos, sumando entre ellos menos de 170 km.
En esta situación se planteaba una prueba al sprint, en la que no solo ganaba el que fuera más constante e imprimiera un ritmo superior, sino también el que sabía gestionar los neumáticos, especialmente en las secciones de tierra, donde las ruedas preparadas para el hielo se sobrecalientan y pierden por completo los clavos, haciendo poco consistente el agarre disponible. En estas condiciones, los pilotos que abrían pista se veían penalizados, obligados a limpiar tanto las secciones de tierra como marcando la trazada en las pocas partes de nieve, con Elfyn Evans situándose líder tras el primer día con apenas cuatro tramos y 63,86 km.
El galés, tercero en Montecarlo, ya fue capaz de plantarle batalla a su nuevo jefe de filas en Toyota GAZOO Racing, Sebastien Ogier, el cual es cuarto en Suecia a 17,8 segundos. A pesar de que el francés se encuentra retrasado e la clasificación, el hexacampeón mundial ha visto recortada la diferencia respecto a Kalle Rovanperä, el cual sufría un trompo con calada de motor incluida que le hacía perder la segunda plaza en favor de Ott Tänak. El estonio, con sus dos primeros scratchs al volante del Hyundai, está a 8,5 segundos de Evans con seis tramos todavía por delante.
En cuanto al resto, los Ford Fiesta se han encontrado algo desdibujados en el inicio, aunque Esapekka Lappi ha sido capaz de colarse por delante de un Thierry Neuville que ha aquejado falta de confianza en el tren delantero del Hyundai, siendo sexto al término de la primera jornada con 23,6 segundos de desventaja y Craig Breen situado a sus espaldas con solo seis décimas de diferencia.
En WRC2, Mads Ostberg es el líder por delante del también noruego, Ole-Christian Veiby, mientras que Emil Lindholm domina WRC2 y el sueco Tom Kristensson completa el tributo a los países nórdicos, siendo primero en JWRC. Sin españoles presentes, una de las grandes atracciones era el regreso de Jari-Matti Latvala, con Juho Hänninen a la derecha y ambos en un Toyota Yaris WRC privado que no les traía demasiada suerte al tener que abandonar por problemas técnicos al final del tercer tramo.
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