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España y la conquista de las 24 horas de Daytona
España y la conquista de las 24 horas de Daytona
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Desde su primera edición como carrera de 1000 km en 1959, la cita estrella de Daytona que estaba destinada a convertirse en las 24 horas que conocemos hoy en día -formado usado desde 1966 con la excepción de 1972 y 1974- ha tenido ganadores de todos los lugares imaginables del mundo. Pero no fue hasta 2009, cuando un español inscribió por fin su nombre en la historia de la mítica prueba con el triunfo de Antonio García. Evidentemente no fue un triunfo solitario y es que al actual piloto oficial de Corvette le acompañaron nombres ilustres como Buddy Rice o David Donohue -hijo del piloto de los años 70 Mark Donohue- además de Darren Law. Ninguno de ellos había ganado jamás las 24 horas de Daytona y la victoria fue especialmente popular al producirse con uno de los Porsche de Brumos Racing, una escuadra con muchísima tradición en Estados Unidos. A todo ello hay que añadirle que para David Donohue, el triunfo llegó 40 años después de que lo hiciera su padre a bordo de un Lola T70 con Chuck Parsons. Una leyenda de padre e hijo que quedaba reeditada tras la edición de 2009. Pero no solo de elementos del pasado vivió una carrera histórica en su propio derecho al ser la que ha vivido un final más apretado desde su comienzo. La victoria del Porsche Brumos número 58 se produjo por 167 milésimas. Tras 24 horas "infernales" de batalla entre los dos Riley-Porsche de Brumos -números 58 y 59- y el Riley-Lexus de Chip Ganassi, los tres coches llegaron separados por seis segundos y medio en la misma vuelta. Mientras tanto, el Dallara-Ford que clasificó cuarto llegó a diez segundos y medio del vencedor. Había que buscar el quinto clasificado para encontrar el primer coche en no estar en la vuelta del vencedor, lo nunca visto en las 24 horas de Daytona. Los resultados solo pueden dar una idea de la intensidad de una prueba que no tuvo ni un momento de descanso aunque más allá de la metáfora y de la intensidad de la prueba, en realidad se firmó el récord de interrupciones por bandera amarilla con u n total de 25 o lo que es lo mismo, 117 de las 735 vueltas disputadas -otro récord-. La batalla fue a menudo a tres bandas, obligando a los pilotos no sólo a dar lo mejor de si mismos sino también a exigirles una concentración extraordinaria. A pesar de partir desde la pole position, el coche número 58 de Brumos Racing no tuvo una carrera fácil y se vio obligado a "compartir" el liderato de la prueba con nueve vehículos más a lo largo de las 24 horas de carrera. La contribución de Antonio García a la victoria fue inestimable y le valió un sinfín de halagos de la prensa norteamericana, sorprendida por la adaptación del talentoso español a los Daytona Prototypes, categoría en la que solo había debutado en 2008. El adelantamiento por la victoria se produjo a tan solo 39 minutos del final, cuando Donohue superó a Juan Pablo Montoya. Consiguió aguantar la cabeza de carrera hasta la bandera de cuadros, interrumpiendo así una racha de tres triunfos consecutivos del equipo de Chip Ganassi. Era además la primera victoria de Brumos desde 2003. El final, tan emocionante y ajustado como justo y correcto en cuanto a estándares de pilotaje, es históricamente hablando uno de los más populares. David Donohue hizo historia al convertirse junto a su padre en la segunda pareja de padre e hijo en lograr la pole en esta prueba tras hacerlo Dan y Alex Gurney. Poco después llegaría la victoria, igualando a Al Unser y John Paul con sus respectivos hijos de mismo nombre. Todo un elenco de lujo de pilotos estadounidenses que pasaron a la historia tanto por lo que hicieron como por lo que sus padres / hijos fueron capaces de lograr. Ricky Taylor y Jordan Taylor tendrán la oportunidad de intentar entrar en tan exclusivo club si logran ganar la carrera. Para ello contarán con uno de los flamantes Cadillac DPi-V.R que tan bien parecen estar funcionando. En cuanto a Antonio García, su objetivo será triunfar en la clase GTLM, donde fue segundo el año pasado en que deleitaron a los aficionados de todo el mundo.
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