El asturiano realizó una actuación excepcional durante su relevo de la noche
Fernando Alonso lidera a Toyota hacia la victoria en Le Mans
Fue Fernando Alonso el que terminó de revolucionar la carrera francesa en su segundo relevo, neutralizando la diferencia que ostentaba el otro Toyota y ayudando a Buemi y Nakajima a conseguir el primer triunfo de la firma nipona en Le Mans.
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La noche fue clave para determinar quién sería el ganador final de las 24 Horas de Le Mans 2018 y concretamente, para decidir cuál de los dos Toyota TS050 HYBRID LMP1 oficiales terminaría pasando a la historia de la marca como la formación de tres pilotos que conseguiría terminar con una sequía que duraba ya 20 años. Finalmente sería la unidad pilotada por Fernando Alonso, Kazuki Nakajima y Sébastien Buemi la que se llevaba el triunfo, convirtiéndose el español en el primer piloto Campeón del Mundo de Fórmula 1 que lograba el triunfo desde Graham Hill en 1972.
El asturiano también se convertía en el segundo español en lograr la victoria absoluta en la gran carrera de la resistencia después del éxito cosechado por Marc Gené en 2009 con Peugeot Sport. Alonso sería además uno de los grandes protagonistas de esta victoria, la segunda que consigue un fabricante japonés en las 24 Horas de Le Mans tras Mazda y su famoso 787B ganador en la edición de 1991. El español, que había aceptado este año el reto de compaginar la supertemporada del Mundial de Resistencia con su actual puesto de piloto en McLaren, terminaría neutralizando prácticamente por completo la renta que había conseguido el otro Toyota gemelo después de que una inoportuna ‘zona lenta’ y un fallo con el limitador de Sébastien Buemi retrasaran mucho al TS050 con el dorsal número ocho en el que se encontraba encuadrado Fernando.
Tomando parte de la carrera a partir de la una y media de la madrugada para su segundo relevo, Alonso lograría marcar un ritmo endiablado que llevó a su coche a recortar prácticamente por completo la desventaja que tenía respecto al trio formado por el argentino Pechito López, el británico Mike Conway y el también japonés Kamui Kobayashi. De los 2:10 segundos de desventaja con los que salía de boxes hasta entregar el prototipo en manos de Kazuki Nakajima a sólo 45 segundos del líder. Posteriormente, una penalización similar para el coche número ocho y un trompo de Pechito López, tres veces Campeón del Mundo de Turismos, terminarían por dejar a la unidad de Alonso, Buemi y Nakajima sola al frente de la clasificación general.
Sólo habría un sobresalto más, en este caso cuando Kobayashi estaba al volante del coche número siete. El japonés no entraba a boxes en el giro que tenía que hacerlo y debería recorrer prácticamente una vuelta completa al Circuito de La Sarthe en modo eléctrico al quedarse sin combustible. Sería Nakajima, el otro piloto japonés de la formación asiática, el encargado de cruzar la meta al volante del Toyota ganador de la 86ª edición, culminándose una pelea contra la carrera francesa en la que Toyota GAZOO Racing tuvo muchos amargos finales.
A pesar del trabajo de ACO y FIA, Toyota no encontró rival en los LMP1 privados participantes, siendo el Rebellion R13 con el dorsal 3 de Mathias Beche, Thomas Laurent y Gustavo Menezes el encargado de ocupar el tercer escalón del podio en una prueba que una vez más no hizo prisioneros. El otro Rebellion, protagonista en la salida por el toque de André Lotterer sería cuarto. Sólo una posición más atrás el ganador en LMP2, menos protagonista que en la edición de 2017, pero con Jean-Éric Vergne, Roman Rusinov y Andrea Pizzitola al volante del prototipo de G-Drive consiguiendo un contundente triunfo con tres vueltas de ventaja y la quinta plaza de la clasificación final.
Quizás la mayor batalla nos la dejó la categoría GTE-Pro, la cual fue dominada por los Porsche oficiales a pesar de que ACO decidió lastrar tanto a los deportivos alemanes como a los Ford después de la superioridad mostrada durante los test y las sesiones de clasificación. El encargado de ampliar la racha de victorias para Porsche sería el 911 RSR GTE con dorsal 92 pilotado por Michael Christensen, Kevin Estre y Laurens Vanthoor y con la mítica decoración del ‘pink pig’ sobre su carrocería. Segundo sería la otra unidad con libre histórica, en este caso la que llevaba los colores de Rothmans. Antonio García sería el mejor de los españoles entre los GTE, quinto con el Corvette oficial, mientras que Miguel Molina terminó 10 con el Ferrari #71 después de una penalización muy temprana. En GTE-Am Dempsey-Proton Racing se hizo con el triunfo gracias a la actuación de Matt Campbell, Julien Andlauer y Christian Ried con el Porsche.
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