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Fórmula 3.5 V8, el regreso a los orígenes
Fórmula 3.5 V8, el regreso a los orígenes
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En 2016, la escalera hacia la Fórmula 1 sufre un cambio importante. La eterna batalla entre la GP2 y la Fórmula Renault 3.5 llegó en cierta manera a su fin en 2015. El año que viene una de las categorías cambiará de nombre -y existe la posibilidad de que sean ambas, incluso-. Para muchos, el paso de Fórmula Renault 3.5 a Fórmula 3.5 V8 sacude los cimientos del campeonato pero en realidad, se trata de un verdadero retorno a los orígenes. La que ha sido categoría emblema de las World Series by Renault pierde en 2016 el apoyo del fabricante francés, que y con ello a su principal benefactor, inversor y promotor. Desde 2005, Renault se ha encargado de dirigir el camino de un campeonato que había comenzado como una categoría pequeña y que llegó a plantarle cara a la GP2 -sobre todo en reputación puesto que en números, nunca acabó de lograrlo-. Aunque no se convirtiera en el principal vivero de pilotos de la categoría reina, sí estaba en el podio. Y ese era un hito del que podían estar orgullosos Jaime Alguersuari -padre- y todo el equipo de RPM. Es precisamente por ello que no debería sorprender a nadie que tras anunciarse la marcha de Renault, fuera el propio Alguersuari quien decidiera tomar las riendas del campeonato. Las "World Series" vuelven a casa. Aunque no se mantenga el nombre, sí se mantiene el espíritu. Lo que hasta el año pasado y desde 2005 fue la Fórmula Renault 3.5 de las World Series by Renault había sido en su día las World Series by Nissan entre 2002 y 2004. Y remontándonos aún más en el tiempo, el Open Nissan -patrocinado por Telefónica en última instancia y por Fortuna en sus comienzos-. El campeonato fue ideado para 1998 por Alguersuari para ayudar al desarrollo de jóvenes pilotos -sobre todo españoles- que no tenían el apoyo necesario para llamar la atención de las marcas y los equipos. El proyecto, que comenzó con el apoyo de Telefónica, fue todo un éxito. Marc Gené, Fernando Alonso y Antonio García fueron los tres primeros campeones y llegaron a ganar las 24 horas de Le Mans, el campeonato del mundo de Fórmula 1 y las 24 horas de Daytona respectivamente, entre otras cosas. Aunque más adelante el campeonato se internacionalizó, siempre mantuvo ese nexo de unión con España a través de un número generoso de equipos y pilotos que buscaron la gloria con mayor o menor éxito -dependiendo del caso-. La llegada de Renault le dio alas a una idea que había nacido en 1998 como algo muy local pero que había volado lejos. Para 2016, el campeonato no dejará de ser internacional y tendrá citas en muchos circuitos conocidos e incluso del propio calendario de Fórmula 1. Pero pase lo que pase, la próxima temporada tendrá uno de los campeonatos más importantes para los oteadores de la Fórmula 1 con sello español. La Fórmula 3.5 V8 seguirá adelante con su fórmula ganadora de costes controlados, coches muy rápidos -en según qué circuitos incluso más que la GP2- y circuitos importantes. Todo ello, con una gestión española que independientemente de lo que haga por el campeonato, podría volver a impulsar una industria automovilística en nuestro país que lo necesita. Cada vez hay menos pilotos españoles con opciones de destacar en monoplazas, menos equipos capaces de sobrevivir y menos patrocinadores interesados. ¿Es posible que Jaime Alguersuari sea capaz de reinventarse una vez más para conseguir que "su" campeonato siga manteniendo tanto el nivel técnico como el deportivo y levante un automovilismo español estancado? Si consigue generar suficiente interés, no debería ser una tarea imposible; ya lo hizo una vez. La primera parte de la respuesta, en 2016.
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