GT3: de los privados a la guerra abierta entre marcas

Antes todo esto era campo de equipos privados y pilotos con ganas de presumir el lunes por la mañana de triunfos en su oficina. Pero los tiempos han cambiado. Diez años después de la creación de la categoría GT3 por parte en su campeonato estrella, las Blancpain GT Series, abundan los equipos oficiales o semioficiales, relegando a un segundo plano a las estructuras que dieron origen a este proyecto. El último caso es el de McLaren. Tras decepcionar a un buen puñado de buenas estructuras con el alto precio de su primer GT3 (MP4-12C) y recurrentes problemas de fiabilidad, este año la marca de Woking domina el certamen. Y lo hace con Garage 59, una estructura que cuesta distinguir de la propia McLaren. Nació de los restos de Von Ryan Racing cuando su fundador, Dave Ryan (ex-McLaren) volvió a F1 con Manor y su nombre hace referencia al año de fundación de McLaren. Llevan tres victorias y Rob Bell lidera cómodamente el campeonato. Pero sería muy injusto señalar con el dedo a McLaren por mucho que abramos el artículo con ellos. Bentley no tiene reparos en competir con un equipo, M-Sport, que porta sus colores oficiales y el mítico nombre de Bentley. Y pocas estructuras pueden presumir de tanta fidelidad a una marca como RJN con Nissan, siendo el hogar de acogida de todos los triunfadores de su GT Academy.

Las tres grandes marcas alemanas prefieren por su parte hacer un esfuerzo algo menor pero igualmente importante y que recuerda mucho , su gran carrera. Audi, BMW y Mercedes-Benz cuentan con una serie de equipos que podemos considerar semioficiales y además de gozar de mayor apoyo de fábrica disfrutan de la presencia de pilotos de primera línea facilitados por la marca. El ejemplo que todos quieren seguir es el de WRT y Audi, pero Phoenix (Audi), HTP y Black Falcon (Mercedes) o ROWE (BMW) son estructuras punteras compitan donde compitan y que compaginan la lucha por los primeros puestos con el servicio a clientes adinerados. Y a veces unos y otros se entremezclan en las clasificaciones, para alegría de los que añoran los primeros años de los GT3. En un escalón inferior hay que situar la implicación de Ferrari, Porsche o Lamborghini, más centradas en que sus modelos GT3 obtengan éxito comercial que deportivo. Las dos primeras optan por del Mundial de Resistencia y el United Sportscar Champioship para colocar a lo mejor de cada casa, aunque ello no impide que algún 488 se inmiscuya en la lucha por las victorias absolutas en Blancpain GT Series de forma esporádica.

Todo ello termina arrinconando a los amateurs a las categorías Silver Cup, Pro-Am o AM, aunque aún quedan valientes que lo intentan con proyectos propios. Ahí está el homérico proyecto de Emil Frey y su Jaguar, en el que cuentan con Albert Costa esta temporada, pero también los éxitos acumulados por los Lamborghini Gallardo de Reiter hasta que la casa madre decidió entrar con todo o los tímidos pasos de Corvette y Dodge por esta categoría en certámenes de ámbito estatal. Queda por ver qué camino terminará tomando toda la categoría y para ello conviene echar un vistazo a qué decidirán hacer aquellos que entren de nuevas en esto de los GT3. Mientras Lexus tarda en dar la alternativa a su RC F GT3 pero confía en equipos locales en VLN y United SportsCar Championship, Honda cuenta con un equipo de fábrica en el Pirelli World Challenge estadounidense y ha trabajado con JAS .