La espectacular carrera que duró 11 semanas

Difícilmente una situación tan esperpéntica como la vivida por la IndyCar Series en las últimas semanas podía resolverse de manera brillante. Pero así fue este pasado fin de semana en el óvalo de Texas Motor Speedway, donde el certamen de monoplazas norteamericano retomó una carrera que debió ser parada el pasado mes de junio. Entonces la lluvia ya debió retrasar la disputa de la carrera de sábado a domingo y un grave accidente protagonizado por Josef Newgarden y Conor Daly en la vuelta 42 arruinó del todo los planes de la IndyCar. La lluvia volvió a caer y ante las obligaciones de algunos de sus pilotos en las 24 horas de Le Mans y los entrenamientos previstos por los equipos para esa semana, se decidió retomar la prueba once semanas más tarde: el 27 de agosto.

Dejar colgada una carrera durante más de dos meses y competir en mitad de Texas en pleno mes de agosto no parecía una buena idea. Pero la cosa es que no pudo salir mejor. La IndyCar Series brindó lo que de ella se espera en un óvalo rápido como el de Texas: dos, tres y hasta cuatro coches en paralelo, adelantamientos y un final apretado. Y todo ello sin accidentes graves. James Hinchcliffe partía desde la peculiar pole, dado que era líder en el momento en que se interrumpió la carrera, y el canadiense se mantuvo durante toda la prueba en puestos cabeceros, siendo quien protagonizó el espectacular desenlace junto a Graham Rahal. Finalmente el estadounidense se llevó la victoria por sólo un alerón de diferencia.

De cara al campeonato fue importante ver a Simon Pagenaud también metido en la pelea por el triunfo en Texas. El francés cortó así una racha mágica de Will Power, quien tras perderse la primera carrera de la temporada se lanzó en una persecución casi imposible de su compañero de equipo. El australiano ha ganado cuatro de las siete últimas carreras y sólo este fin de semana se bajó del podio al finalizar octavo. Así los dos pilotos de Penske quedan separados por 28 puntos a falta de sólo dos carreras para la conclusión del campeonato. Y aunque al puntuar doble la última cita hasta nueve pilotos conservan opciones matemáticas de título, esto es ya cosa de dos. Los trazados ruteros de Watkins Glen y Sonoma lo decantarán de un lado y otro.