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Lancia y las 'paradas en boxes' del Rally Monte Carlo 1983
Lancia y las 'paradas en boxes' del Rally Monte Carlo 1983
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La temporada 1983 del Campeonato del Mundo de Rallies vivió una revolución con la implicación más sólida de las marcas y el aumento tecnológico de las máquinas del Grupo B. Ello implicó que Lancia empezara la temporada con un renovado y mucho más ágil 037 Rally, mientras Audi traía el espectacular quattro A1 que llevaba el concepto de la tracción integral aún más allá. Lo que antaño había sido casi una anécdota técnica iba ganando terreno hacia un futuro con todas las ruedas motrices. Pero si por algo es conocida la tradicional cita de apertura del Campeonato del Mundo de Rallies en Monte Carlo es por l a presencia de la nieve y el hielo sobre la carretera y la falta de agarre. En ese sentido, los coches alemanes de Stiq Blomqvist y Hannu Mikola partían con una gran ventaja, pues sufrirían menos que sus rivales de Lancia. Claro que la dualidad quedaba confirmada con la velocidad de los 037 en los tramos de asfalto seco. Su tracción trasera era ideal para las condiciones óptimas. A pesar de la expectación que generaba el duelo entre Lancia y Audi, el primer tramo del mundial de 1983 tuvo como ganador sorpresa al francés Jean-Luc Therier a bordo de su Renault 5 Turbo. Desafortunadamente para él, la alegría le duró un solo tramo y acabó retirándose en la cuarta especial con problemas en la caja de cambios. Mientras tanto, la cabeza de la prueba la había tomado Blomqvist en su quattro A1. El sueco se mantendría al frente durante varios tramos. Pero la reacción de Lancia no se haría esperar y entre la cuarta y la décimo séptima especial, solo los coches italianos lograron marcar los mejores tiempos de cada tramo. En el Col de Laval, séptimo tramo del primer día, Walter Röhrl era ya líder y no soltó la cabeza en todo el evento. Pero más incluso que su fantástica actuación, lo más recordado del evento es la sorprendente estrategia de cambio de neumáticos de Lancia. Ideada por Césare Fiorio, dicha estrategia consistía en cambiar neumáticos con el tramo ya comenzado y la operación siendo llevada a cabo por mecánicos del propio equipo. Las imágenes son verdaderamente espectaculares, por lo menos en concepto. El objetivo era poder empezar los tramos con neumáticos posteriores de asfalto seco blandos y cambiar a neumáticos de clavos para hielo tras apenas unos kilómetros (incluso tan pocos como cuatro) para no sufrir con la nieve y las placas congeladas. A pesar del minuto que se perdía en cada caso para realizar la operación, el resultado fue positivo. Los Lancia acababan siendo unos veinte segundos más veloces al terminar los tramos. Aunque en realidad y teniendo en cuenta el superior ritmo de los 037, aquello era más una bravuconada y una estrategia de juego psicológico que algo en lo que realmente se ganara tiempo. En todo caso, permitiría a Lancia no tener que arriesgar a sufrir una salida de pista con un potencial abandono. Con la moral minada y con un ritmo incapaz de seguir a los Lancia Martini, los Audi tuvieron que conformarse con verles desde lejos. Apenas logró Mikkola empatar con el mejor tiempo en un solo tramo de los restantes. Por lo demás, Lancia fue imbatible, aunque la temporada tendría una historia ligeramente distinta con un Mikkola que acabaría logrando ser campeón. Finalmente, la victoria de Walter Röhrl llegó con una ventaja de 6 minutos y 52 segundos sobre su compañero de equipo, el segundo Lancia 037 oficial de Markku Alén. De esta forma, los coches italianos completaron un resultado fantástico en el que lograban imponerse con éxito a los novedosos Audi Quattro A1. El podio lo completó Stig Blomqvist, aunque a más de once segundos del ganador, con Hannu Mikkola cuarto. La pareja de finlandeses con copilotos británicos de Ari Vatanen y Henri Toivonen siguieron con los Opel Ascona 400 oficiales con los míticos colores de Rothmans. Las leyendas francesas Jean Ragnotti con el Renault 5 Turbo oficial y Jean-Claude Andruet con el tercer Lancia 037 fueron séptimo y octavo, mientras Francis Serpaggi les seguía desde lejos. El top 10 lo cerró el único piloto español en la salida, un Salvador Servià que pilotaba también un Ascona 400, en este caso auspiciado por el RACC.
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