Lexus tira de órdenes de equipo en el Super GT y desafía a Honda y Jenson Button

Jenson Button y Naoki Yamamoto llegaron a Autopolis con la posibilidad de hacer historia en el Super GT gracias a sus doce puntos de ventaja que les daba una posibilidad muy real de proclamarse campeones con una carrera de antelación. Pero si hay algo por lo que es conocido el Super GT, es por no resolver las cosas antes de hora, así que poca sorpresa hay en el campeonato por haber seguido la penúltima carrera un camino totalmente opuesto. A pesar de una buena carrera por parte de los chicos del Honda Raybrig del Team Kunimitsu, la última carrera tendrá que resolver el empate al frente de la general, tras el dominio de Lexus.

La penúltima carrera del campeonato tuvo lugar en uno de los escenarios más particulares de Japón, el circuito de Autopolis. Originalmente, el trazado nació como el capricho de un emprendedor que quiso dar rienda suelta a su afición al automovilismo. De hecho, llegó a ser la sede del Campeonato del Mundo de Resistencia en 1991 y se esperaba que pudiera llegar a albergar un Gran Premio de Fórmula 1 que nunca llegó. Tras entrar en bancarrota su propietario, el circuito acabó siendo comprado por Kawasaki y devuelto a la actividad tras un periodo en el dique seco. Situado (relativamente) lejos de la civilización, ello añade a la sensación de estar compitiendo en un lugar inhóspito.

En lo deportivo, lo más importante antes del fin de semana era la reducción de lastre que suele llevarse a cabo para la penúltima carrera del año (la última se disputa ya sin peso añadido), de manera que los coches empiezan a volver a su rendimiento 'normalizado'. En estas condiciones, la realidad de la extrema velocidad de los Honda a una vuelta volvió a mostrarse, con una pole position del coche número 8 del ARTA por delante del número 17 de Real Racing y el número 100 del Team Kunimitsu. De hecho, incluso los normalmente más lentos coches de Team Mugen y Nakajima Racing clasificaron entre los siete primeros, lo que daba esperanzas a la marca.

La carrera tuvo una historia totalmente distinta, con unos Lexus que estuvieron siempre al acecho. Primero con el TOM'S número 36 y luego con el campeón en título con los colores de KeePer y Red Bull, los Lexus empezaron a situarse en posiciones delanteras mientras los Honda iba sufriendo cada vez más. Al final, los LC500 se hicieron con las cuatro primeras posiciones, lo que les permitió incluso jugar con el orden de los 'factores', que esta vez sí afectaba al producto. Las órdenes de equipo son extremadamente inusuales en el Super GT, sobre todo porque cada escuadra suele tener un solo coche, con lo que las únicas órdenes que pueden llegar suelen venir por parte de la marca y en la última carrera del año…

La situación inusual llegó en este caso al involucrar al único equipo de GT500 con dos máquinas: TOM’S. El problema es que ambos coches están en la pelea por el título… y al final se decidió priorizar al que tenía más puntos para maximizar sus opciones. El Lexus KeePer número 1 de Nick Cassidy y Ryo Hirakawa se llevó la victoria por delante del au (marca de telefonía móvil) número 36 de Yuhi Sekiguchi y Kazuki Nakajima y el WedsSport Bandoh número 19 de Yuji Kunimoto y Kenta Yamashita. Jenson Button y Naoki Yamamoto aguantaron el tipo y fueron quintos, también con cierta ‘ayuda’ de sus compañeros de marca.

En la categoría GT300, la carrera tuvo como ganador sorpresa al Lexus K-Tunes número 96 de LM Corsa, con Morio Nitta y Yuichi Nakayama al volante. Los pilotos del RC-F GT3 tuvieron una carrera tranquila y sin grandes sobresaltos, aprovechando la presencia del coche de seguridad para hacerse con el liderato a pesar de no estar inicialmente entre los favoritos para ganar. De hecho, la presencia de esa interrupción cambió por completo el orden de una carrera que estaban dominando los Toyota 86 con 'mother chassis' y el Subaru BRZ de R&D Sport. Así, tras los ganadores, el podio lo completaron el Lamborghini número 87 del JLOC con Kimiya Sato y Yuya Motojima en segundo puesto y el Honda NSX de Modulo Drago Corse con Ryo Michigami y Hiroki Otsu. Para estos últimos, se trata de un resultado especial al ser el primer podio en la categoría del NSX GT3.

En GT300, el campeonato está bastante de cara para los líderes del BMW de Autobacs Racing Team Aguri (sí, el mismo del equipo Super Aguri F1), Shinichi Takagi y Sean Walkinshaw. Con doce puntos de ventaja y veinte en juego, tienen suficiente con un cuarto puesto si gana el Mercedes número 65 de Leon Racing (que es segundo sin haber pisado el podio), un quinto si gana el Toyota Prius número 31 de apr, un sexto si lo hace el Mercedes número 0 de GoodSmile Racing, un séptimo si se impone el Lexus que triunfó en Autopolis o incluso un noveno si gana el Nissan número 11 de Gainer.

La pelea en la clase reina, el GT500, será mucho más dura, con ‘solo’ cuatro coches con opciones matemáticas frente a los seis de GT300. Aunque en realidad, las opciones quedan limitadas a los dos primeros clasificados salvo desastre. Naoki Yamamoto y Jenson Button en el Honda Raybrig número 100 llegan en primera posición de la general, con Ryo Hirakawa y Nick Cassidy (campeones en título) con los mismos puntos pero justo detrás en el desempate. Sin lastre que valga, será una lucha directa entre los dos coches, ganando el que más arriba quede... pero tal y como se reparten los puntos en el Super GT, una victoria del Lexus número 36 de Yuhi Sekiguchi y Kazuki Nakajima combinada con la ausencia de sus rivales en el podio lo cambiaría todo. El misterio se resolverá los días 10 y 11 de noviembre en el Twin Ring Motegi.