El equipo Subaru recurrió a las órdenes de equipo para ayudar a Colin McRae a mantener opciones de título en el Rally Sanremo de 1997
McRae, Liatti y las órdenes de equipo de Subaru en el Rally Sanremo de 1997
Recordamos la edición de 1997 del Rally Sanremo, en la que Piero Liatti batió a Colin McRae antes de ceder a las órdenes de equipo de Subaru.
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Tras las cancelaciones de los primeros dos tramos por exceso de público (y de control del mismo), el rally empezó en el tercer tramo y lo hizo con la sorpresa de Paolo Andreucci liderando la prueba en su Renault Megane Maxi. No duró demasiado en cabeza, pues pronto llegaban los pesos pesados del WRC. Tampoco duró mucho en competición el catalán Oriol Gómez, hombre de SEAT en la copa de 2 litros, retirándose en el segundo tramo disputado. La primera posición en la general la tomaba Freddy Loix en el nuevo Corolla, aunque el primer día terminó con Liatti en cabeza. Tras él, Loix, Mäkinen y Sainz completaban el top 4, con McRae más atrás después de un pinchazo en la primera jornada.
El segundo día vivió, por lo tanto, una impresionante remontada por parte del escocés volador, que llegó a ponerse a solo seis segundos de su compañero de equipo al terminar el término del décimo séptimo tramo cronometrado, veinte segundos por delante de Mäkinen, tercero. Sainz, por su parte, seguía peleando con un Escort WRC que no acababa de comportarse como él quería y andaba apenas tres segundos por detrás del Mitsubishi del líder de la general. Pero si el rally había tenido ya cosas que contar, el clímax de la prueba estaba aún por llegar, siendo el último tramo del Sanremo 1997 una auténtica película por sí solo.
El último tramo llegó con emoción en todos los frentes. Después de la recuperación por parte de Freddy Loix en el Toyota Corolla a pesar de una breve salida de pista, el belga partía en el vigésimo quinto tramo cronometrado con el mismo tiempo que Juha Kankkunen en el segundo Ford. Desafortunadamente para este último, el finlandés fue incapaz de frenar el avance de Loix y cedió el quinto puesto, teniendo que conformarse con el sexto, siendo apenas tres segundos más lento. Algo más adelante, la batalla entre Sainz y Mäkinen se resolvía también en el último tramo… tras llegar ambos con el mismo tiempo al mismo.
De hecho, el empate había durado dos tramos ya que terminaron el vigésimo tercero con el mismo tiempo general y en la penúltima especial, calcaron el registro al segundo. Una vez más, el Ford resultó perdedor en su particular duelo, permitiendo a Tommi Mäkinen subirse al podio y sumar cuatro importantes puntos. Carlos Sainz, por su parte, se conformaba con el tercer puesto que le dejaba a nueve puntos del líder del campeonato. Nueve puntos que podrían haber sido siete. Pero de forma inesperada, era por delante, donde estaba el verdadero drama de la jornada, con los Subaru en las dos primeras posiciones.
Con Colin McRae primero y Piero Liatti en segunda posición a apenas un segundo de su jefe de filas, el duelo habría podido ser incendiario. A fin de cuentas, Liatti estaba en casa y las opciones del escocés eran remotas, ya que necesitaría ganar los dos últimos rallies y esperar que Mäkinen no sumara más de seis puntos. En Subaru tenían fe en que eso era posible, por lo que se decidió que no hubiera batalla entre sus pilotos. La orden era de mantener sus puestos. McRae primero, Liatti segundo, para decepción de este último, que sabía que tenía el ritmo para ganar.
Aún así, la escueta ventaja sobre Mäkinen y Sainz obligaba a ambos Subaru a empujar, ya que cualquier problema podría hacerles perder alguna posición y con ello, valiosos puntos para los campeonatos de pilotos y constructores. Así empezó el último tramo, con ambos pilotos conscientes de las órdenes de mantener posiciones pero también de la necesidad de empujar tanto como fuera posible. ¿Cómo iban a cumplir con el guión establecido? Afortunadamente para Subaru, Fabrizia Pons tenía idea infalible, por lo menos en teoría.
“Fermati, fermati!” (¡Párate, párate!) era la instrucción que le daba la copiloto de Liatti tras salir de la última horquilla del rally. Cronómetro en mano, se había asegurado de estar suficientemente por delante del tiempo de Mäkinen como para poder permitirse perder cinco segundos. Insuficiente para que el finlandés terminara por delante… pero en teoría suficiente para que McRae pudiera batirles justo después. “Uno, due, tre, quattro, cinque, vai!!”. El primer piloto de Subaru vino a continuación y ante la sorpresa de todos, fue cinco segundos más lento que Liatti, que en ese momento era el ganador del Rally Sanremo.
Subaru forzó a Liatti y Pons a llegar un minuto tarde al control, recibiendo como castigo diez segundos de penalización. Ahora sí, el resultado era final. Colin McRae se llevó una victoria clave en la lucha por el título, con Piero Liatti a seis segundos tras los diez de penalización. Tommi Mäkinen fue tercero a doce segundos, seis por detrás del segundo Subaru, mientras Carlos Sainz era cuarto a catorce. En apenas catorce segundos estaban los cuatro primeros clasificados, siendo tres de ellos los candidatos al título. El tiempo daría la razón a Subaru, pues McRae logró vencer tanto en Australia como en Gran Bretaña. Mäkinen, por su parte, sumó siete puntos… y fue campeón por uno solo. En la última prueba del año, sería sexto justo por delante de Liatti…
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