Mitsubishi y el penúltimo triunfo del Lancer Evo en el WRC

El Mitsubishi Lancer Evo en varias de sus versiones es uno de los coches legendarios de la historia del Campeonato del Mundo de Rallies y sobre todo de su época moderna. Dominador gracias al talento de Tommi Mäkinen de la segunda mitad de los años 90 con hasta cuatro títulos seguidos, su fama impulsó las ventas más de lo que la marca había imaginado, convirtiéndose en un icono de la automoción. El paso del Evo VI que aún seguía la normativa del Grupo A al Evo VII de WRC para 2001 dejó a la marca japonesa con un coche poco competitivo y un equipo sin suficientes medios como para reaccionar con garantías de éxito. En el Rally Montecarlo del año 2000, Tommi Mäkinen cerró una época con la última victoria del Lancer Evo en el WRC pero unos meses antes, el Rally Sanremo de 1999 tuvo el penúltimo triunfo del mítico modelo en su último año como campeón. La cita italiana era la antepenúltima prueba del campeonato y ello implicaba que la lucha por el título estaba en pleno apogeo con Tommi Mäkinen para Mitsubishi y Didier Auriol para Toyota acaparando las portadas con exactamente la misma cantidad de puntos. Por ello, cada una de las tres últimas pruebas iba a ser crucial y la batalla entre fabricantes nipones sería más dura que nunca. Pero en una prueba de asfalto como era el Sanremo, los equipos más potentes sabían que iban a encontrarse con rivales menos habituales.

Exactamente asó fue como sucedió y en el primer tramo del rally, los tres Peugeot 206 WRC se situaron en las tres primeras posiciones a pesar de estar en sólo su cuarta participación. Gilles Panizzi lideraba la prueba por delante de François Delecour con Marcus Gronholm tercero. Carlos Sainz era cuarto, aprovechando la dificultad que suponía el asfalto para los Mitsubishi y Subaru, al tener una batalla más larga -justo lo contrario que los increiblemente ágiles 206 WRC-. En el segundo tramo, Sainz perdía varias posiciones y con el buen rendimiento de los Citroën y sus Xsara Kit Car, Jesús Puras y Philippe Bugalski subían hasta la cuarta y sexta posición respectivamente. Sólo Colin McRae aguantaba arriba, entre los habituales, aunque Tommi Mäkinen venía remontando y tras la tercera especial ya estaba en zona de puntos. Sainz, aún con opciones de título, llegó a superar al finlandés pero se retiró por un accidente mientras intentaba aprovechar un mal día para los pilotos de cabeza de la general para intentar recortar puntos. Tras el primer día, Peugeot conseguía mantenerse en cabeza con sus tres coches, tomando el liderato Delecour en el último tramo del día mientras Gronholm recuperaba el tercer puesto, arrebatándolo a Bugalski mientras que Puras había abandonado por problemas en el embrague. Durante el segundo día hubo cambios de posiciones, destacando la remontada de Mäkinen, ayudado en parte por los problemas técnicos de Gronholm, acusando la juventud de su máquina francesa. A pesar de todo sus compañeros se mantenían firmes por delante de todo el mundo.

El segundo día terminó con Panizzi y Delecour en las dos primeras posiciones con los Peugeot 206 WRC pero con Mäkinen ya en tercer puesto tras mostrar un pilotaje comedido pero efectivo en una prueba difícil para las características de su coche. Había ayudado el reglaje del equipo Mitsubishi, ya que Freddy Loix estaba también en zona de puntos, lo cual era remarcable teniendo en cuenta que el belga sólo había puntuado en dos ocasiones anteriormente a lo largo de la temporada. Pero si Mäkinen era tercero, Auriol era cuarto y mantenía sus opciones. Pero en el primer tramo de la mañana del último día, Mäkinen sacó el genio que le había llevado a obtener tres títulos de campeón del mundo y recortó los más de veinte segundos de ventaja que llevaba Panizzi, superando también a Delecour y tomando la primera posición. La reacción de Peugeot no se hizo esperar y en la SS16, Delecour tomó la delantera para luego hacerlo Panizzi en el siguiente tramo cuando el líder tuvo que retirarse con problemas eléctricos. Esto dejaba a Mäkinen a menos de dos segundos de la cabeza ante el último tramo del rally. Y en el Colle Lancan, Tommi Mäkinen dio toda una lección de pilotaje, arrebatándole casi veinte segundos a Gilles Panizzi e imponiéndose en el Rally Sanremo de 1999. Iba a ser su última victoria del año, por delante del propio Panizzi y de Didier Auriol, que no dejaba aún escapar el campeonato. Las dos últimas pruebas en Australia y el Reino Unido iban a tener mucha historia aunque con un denominador común en el ganador. Aunque como siempre, eso sería historia para otro día.