Peugeot 2008 DKR: Carlos Sainz y Sébastien Loeb tienen coche nuevo

El Dakar se acerca y tras el varapalo de la pasada temporada, Peugeot Sport ha tenido que hacer un esfuerzo para descubrir en qué se ha fallado antes de ponerse a trabajar en el coche nuevo con el que encararán el próximo Dakar 2016. Poco o nada tiene que ver el 2008 DKR’16 con el que el pasado mes de enero sufrió la dureza de la prueba sudamericana. Pagaron la novatada a pesar de ser un departamento de competición con más de tres décadas de experiencia a sus espaldas. Ahora han vuelto y van a por todas. Para empezar, deberán afrontar la que sin duda será la edición del Dakar en Sudamérica más de ‘rallyes’ de la última década. Con la ausencia de Perú y de Chile, el Rally-Raid más duro del planeta ha pasado a ser una prueba de enduro con mucho carácter. Utilizando algunos de los recorridos por los que ha pasado el Rally de Argentina, discurrirá por etapas muy rápidas y técnicas, dándole menos importancia a la navegación y a la estrategia a la hora de surfear las dunas del desierto y convirtiéndose en una cita de enduro a lo grande.

En Peugeot han dado una vuelta de tuerca a su equipo. Lo que parecía inmejorable, teniendo entre sus filas los 11 Dakar de Stéphane Peterhansel, los cinco de Cyril Despres y el de Carlos Sainz, ha recibido una inyección de calidad extra, con la llegada del nueve veces Campeón del Mundo de Rallyes, Sébastien Loeb. Lo que muchos han titulado como ‘Dream Team’ (incluso la propia Peugeot) hace que las expectativas sobre el equipo y el resultado sean mucho mayores, a pesar de que en este tipo de pruebas no hay nada asegurado. Como ningún buen artesano puede hacer su trabajo sin las herramientas adecuadas, la firma del león ha hecho un esfuerzo titánico para transformar aquel 2008 DKR poco fiable con tendencia a volcar en una máquina de raids definitiva. Posiblemente no se aprovechará todo su potencial y la permisible normativa de los buggies (coches de tracción trasera con grandes recorridos de suspensión, mayor potencia y ligereza que los 4x4) debido a la ausencia de desierto, precisamente el terreno en el que mayor ventaja podría sacar al explotar todo su potencial. Las principales mejoras se han centrado en la parte aerodinámica y el chasis del 2008 DKR. Además de someterle a una prodigiosa cura de adelgazamiento de 100 kilógramos, el coche ha sido ensanchado y alargado con el fin de mejorar la estabilidad. Incluso se ha cambiado de posición las ruedas de repuesto (han pasado a los laterales, justo detrás de las puertas que se abren casi en forma de tijera/gaviota) para mejorar el reparto de pesos y bajar al máximo el centro de gravedad. Pero no sólo el cascarón ha sido altamente modificado y mejorado.

En la parte mecánica, se ha mejorado la respuesta del turbo y se ha tratado de exprimir todo el potencial del V6 Bi-Turbo Diésel, el cual rinde 350 CV de potencia y da un par de 800 Nm, convirtiendo al DKR’16 en una máquina hecha para volar sobre las dunas. Su principal problema será saber cómo se adapta a un terreno, el de tipo rally, que es más favorable para los tracción total y en el que ya en la última edición cedían muchos segundos por kilómetro en una prueba en la que las victorias han dejado de contarse en horas y han pasado a decidirse por segundos. Sin duda, Carlos Sainz y Sébastien Loeb serán los pilotos más indicados para evaluar las aptitudes del Peugeot sobre estas especiales, mientras que Peterhansel y Despres son considerados como pilotos maratonianos, de esos que llegan a la última semana de competición siempre con posibilidades de lucha a la victoria. Frente a ellos la armada MINI, con Nasser Al-Attiyah, Nani Roma y Mikko Hirvonen encabezando la formación de Sven Quandt y con los potentes atmosféricos de Toyota y de Ford esperando. Peugeot se ha propuesto ganar y su león con piel de toro tiene hambre de títulos.