Radford Type 62-2, con el visto bueno de Jenson Button y los colores de Senna

La próxima edición de la Subida Internacional a Pikes Peak promete ser todo aquello que no pudo ser en su centenario, celebrado en 2022. La icónica carrera contrarreloj estadounidense hace años que se ha convertido en un recorrido de casi veinte kilómetros 100% sobre asfalto hasta la cumbre a 4.302 metros, algo que, aunque le ha restado parte de reto, sí que ha servido para que cada vez más fabricantes se vuelvan a sumar a la competición de Colorado Springs.

Si ya están confirmadas las presencias de Ford con la SuperVan 4 o de Alpine con el A110 R Pikes Peak, ahora es el turno de uno de los productores más novedosos de las islas británicas, uno que ha entrado haciendo mucho ruido; Radford. Quizás no sea del todo correcto hablar de ellos como una compañía de nuevo cuño, la filosofía se basa en la empresa de Harold Radford, que fue un artesano que creó muchos automóviles a medida. Ahora, con Ant Anstead como responsable del proceso de producción y con Jenson Button, Campeón del Mundo de 2009, como cara visible y encargado de poner a punto los coches, se ha relanzado con el eslogan de “Diseño. Construir. Conducir”.

La marca británica es conocida por unos pequeños deportivos ligeros que no hacen más que recordar a los años de gloria de Lotus. Su principal lanzamiento es conocido con el nombre de Radford Type 62-2 y ahora contará con una versión de competición completamente orientada a escalar en el mejor tiempo posible la carretera hacia la cumbre de Pikes Peak.

Con el especialista de cine y actualmente piloto de McLaren en el Extreme E, Tanner Foust a su volante, Radford ha confirmado su presencia con un vehículo que es capaz de completar el 0 a 100 km/h en poco más de dos segundos, aprovechando de su nueva construcción en la que se combina un chasis monocasco compuesto de carbono y una ligera silueta situada encima y que recrea la imagen del Type 62-2 de calle con un peso total en vacío de apenas 861 kilogramos.

Bajo el capó, un motor V6 DOHC sobrealimentado y 3.5 litros de capacidad que está capacitado para desarrollar más de 720 CV de potencia, bastante superior a los 635 CV que eroga la versión convencional. Para mantener el control de un conjunto tan vitaminado, AP Racing será el encargado del sistema de frenos, mientras que Yokohama ha creado un compuesto blando específicamente para esta carrera.

Ha sido un esfuerzo multinacional, en este caso con el diseño ejecutándose en Francia, el tren motriz siendo desarrollado en Austria, el monocasco en Reino Unido y el ensamblaje en la sede que Radford tiene en California, Estados Unidos. Si no fuera suficiente el hecho de contar con nombres tan conocidos como los de Tanner Foust o Jenson Button entre bambalinas, Radford también ha optado por la experimentada firma de Alan Derosier, de Legend Automobiles que ha sido el diseñador del coche.

Y es que no ha sido suficiente con tomar la versión convencional del coche de carretera y ponerle nuevos alerones. Cuando compites a esa altitud sobre el nivel del mar, además de la pérdida de potencia por una menor presencia de oxígeno, el hecho de que el aire sea mucho más finos o menos denso, hace que la aerodinámica genere mucho menos carga, por lo que los equipos tienen a sobredimensionar apósitos y alas para asegurarse de que al llegar a los últimos sectores no se quedan sin apoyo alguno. Los nuevos pasos de rueda, el splitter delantero o los majestuoso alerones responden precisamente a esta necesidad.

Con un campeón del Mundo detrás del proyecto, no podía estar mejor elegida también la librea, rindiendo tributo a los icónicos colores de John Player Special que empleaba el Lotus de Ayrton Senna en la temporada de 1986, intentando de esta forma robar todos los focos a sus rivales en las distintas categorías del PPIHC 2023. En el caso de Radford estará encuadrado entre los Exhibition.

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