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Rally de Finlandia 1990: Un Mil Lagos histórico con victoria española
Rally de Finlandia 1990: Un Mil Lagos histórico con victoria española
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Tradicionalmente, el Rally 1000 Lagos -esto de Rally de Finlandia sigue sonando raro...- ha sido coto privado de los pilotos nórdicos. Con caminos de tierra extremadamente rápidos, generalmente solo aquellos pilotos que estaban muy habituados a este tipo de terrenos eran capaces de brillar. Pero en 1990, Carlos Sainz hizo historia al convertirse en el primer piloto no nórdico en triunfar allí. Hasta entonces, solo cuatro suecos habían roto el dominio histórico finlandés del 1000 Lagos, con Mikael Ericsson como ganador del año anterior en la que había sido su mejor temporada en la disciplina. En 1990, el Rally de Finlandia era la octava prueba de un calendario de doce y en cabeza del mundial llegaba un Carlos Sainz en estado de gracia. No en vano venía de ser segundo en Argentina y de ganar en Grecia y Nueva Zelanda. Sus rivales en la lucha por el título eran tres; Didier Auriol, Juha Kankkunen y Miki Biasion. Entre ellos habían ganado cinco de los seis rallies en los que no había triunfado Sainz. Los tres eran hombres del equipo oficial Lancia, con lo que en Finlandia se vería la lucha desigual del español de Toyota contra toda la escuadra oficial italiana. Aunque en Finlandia habría que contar con dos rivales más. Aunque Subaru no estaba aún a la altura de los mejores equipos, el Legacy RS empezaba a funcionar y en Finlandia estarían al volante de sus coches dos leyendas como Ari Vatanen y Markku Alén. Dos héroes locales con experiencia de sobras para estar arriba. Pero el comienzo del rally no tuvo ninguna sorpresa con Kankkunen marcando el primer "scratch" y situándose en cabeza. Mientras tanto, Sainz apenas podía ser noveno. A pesar de todo, ya en el tercer tramo el madrileño se situó en cabeza y empezó la lucha por la victoria. El primer día finalizó con Sainz por detrás de un Kankkunen que quería ser profeta en su tierra. A fin de cuentas, no había ganado nunca allí y una primera victoria en casa siempre es algo especial. Pero en la décima especial llegó la sorpresa en forma de cable del acelerador roto en el Lancia Delta Integrale del finlandés. De hecho, finalizó el tramo sentado en el capó de su coche, accionando el cable él mismo con la mano. De poco le fue el quemarse las manos, mientras Juha Piironen controlaba el volante en una de las situaciones más rocambolescas del mundial de rallies. El tiempo perdido hizo que el piloto local cayera hasta la décimo sexta posición. Pero su orgullo le impidió rendirse y empezó una remontada que le acabaría llevando hasta una nada despreciable quinta posición. Un rally para enmarcar a pesar de los problemas. La lucha por la victoria desapareció casi por completo a partir de ese momento y para Carlos Sainz, que había tenido un accidente preparando el rally y llegaba algo tocado físicamente, el evento se convirtió en una prueba de aguante y control de los nervios pero también de sus rivales. El hombre que subía a la segunda posición era Ari Vatanen con el Subaru Legacy RS. Intentó presionar al español pero, sabedor de lo importante del resultado en la lucha por el título, Sainz no falló y su Celica aguantó hasta el final. De esta forma se fraguó un triunfo histórico con un Carlos Sainz que quedará en los anales como el primer piloto no nórdico en batir a los de casa en Finlandia, mientras que Ari Vatanen y Kenneth Eriksson completaron el podio. Tras ellos, Markku Alén y Ari Vatanen, demostrando que los nórdicos seguían siendo los hombres a batir. De hecho, para encontrar al primer piloto no nórdico tras Sainz, habría que bajar hasta la décimo quinta posición, con Gustavo Trelles. En cuanto al campeonato, Carlos Sainz ya no se bajó del podio, llegando a sellar el título con una espectacular victoria en el Rally RAC de Gales, convirtiéndose en el primer español en lograr un campeonato del mundo de rallies. Un año para recordar y la forma ideal para empezar una década de los 90 que sin llegar al espectáculo de los coches del Grupo B, convenció a muchos y atrajo a una nueva generación de aficionados a los rallies.
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