Thierry Neuville cumple el sueño de ser Campeón del WRC

Última etapa del año y como nos ha tenido acostumbrados el WRC durante los últimos años, era evidente que iba a haber sorpresas. Con Thierry Neuville y Ott Tänak todavía en la pelea por el título de pilotos, parecía claro que cualquier problema o error se pagaría muy caro este domingo y en este caso fue al Campeón de 2019 al que le tocó pagar. Eran los últimos kilómetros del primer tramo del día para un Rally1 cuando se pudo observar que algo no marchaba bien.

Tänak y Martin Järveoja habían sufrido una fuerte salida de carretera en el TC17, algo que inmediatamente coronaba a sus rivales, Thierry Neuville y Martijn Wydaeghe como Campeones de esta temporada 2024 sin necesidad ni tan siquiera de terminar la prueba. Esos 25 puntos que traían los competidores de Hyundai como colchón sobre sus compañeros de equipo eran suficientes una vez que la pareja estonia había firmado un cero en el fin de semana, perdiendo incluso los puntos que le hubiera otorgado la primera plaza del sábado.

Se metía en un gran problema entonces Hyundai Motorsport, la cual ansiaba cerrar un triplete en el que puede ser su penúltimo año en la disciplina. Incluso a pesar de los esfuerzos por parte de Andreas Mikkelsen y Thierry Neuville por conseguir el máximo de puntos en la clasificación del SuperSunday, el equipo con sede en Alzenau vería menguar sus 15 puntos de ventaja con los que llegaba a Japón y afrontaba la última Power Stage del año empatado a 532 puntos en la tabla virtual del campeonato.

Todo se iba a jugar por tanto a cara o cruz en esa última especial, con Andreas Mikkelsen cometiendo un error que le llevó a tener una pequeña salida de carretera. El noruego perdía el suficiente tiempo como para no poder batallar con los cronos de sus rivales en Toyota, mientras que Thierry Neuville hacía un último intento para tratar de superar a los GR Yaris Rally1 de sus rivales.

Sin embargo, la escuadra nipona hizo su labor a la perfección, con Evans y Katsuta terminando por delante de Mikkelsen y aderezado por una increíble actuación de Sébastien Ogier que se quitaba en parte el mal sabor de boca que se le había quedado tras sus errores en las etapas definitivas en Grecia y Centroeuropa. Toyota tendría su propia fiesta, por tanto, amarrando el título de constructores cuando llegó a parecer imposible y logrando un doblete inesperado en las carreteras de su casa, con Elfyn Evans y Scott Martin sumando su primera victoria del año en el momento que más lo necesitaba Toyota y a pesar de lo cuesta arriba que se le llegó a poner el rally al equipo dirigido por Jari-Matti Latvala después del doble pinchazo en el TC2.

Completaría el podio Adrien Fourmaux, con su quinto cajón del año en lo que previsiblemente será su despedida del equipo M-Sport Ford, mientras que Takamoto Katsuta y Grégoire Munster completaban las cinco primeras plazas, con Thierry Neuville terminando sexto en un fin de semana que poco importaba esa posición final ya que había asegurado su primer título Mundial después de haber sido subcampeón del WRC hasta en cinco ocasiones. Para Hyundai sería un día parcialmente amargo, con Tänak ya cambiado y siguiendo la acción de la Power Stage desde el hospitality del equipo en la asistencia. El regreso del estonio a Hyundai no fue, al menos de momento, ese Max Verstappen que buscaba Cyril Abiteboul para su equipo.

Por su parte, en WRC2 la victoria iba a parar a manos del piloto de Citroën, Nikolay Gryazin, toda una referencia este año sobre asfalto, pero todos los ojos se iban a centrar en la segunda plaza ya que Sami Pajari y Enni Mälkönen finalmente se iban a coronar Campeones de la categoría.

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