Tommi Mäkinen, Piero Liatti y una fiera lucha por el Rally San Remo de 1998

Más allá de las consideraciones sobre si el Rally de San Remo es el verdadero escenario de Italia en el mundial, lo que sí es innegable es que la prueba tenía algo especial, con casi tantas historias como ediciones se disputaron. Una de las más apasionantes es la lucha entre Tommi Mäkinen y Piero Liatti en 1998. Mitsubishi y Subaru, Lancer e Impreza, campeón y "figurante". Cuando el campeonato del mundo de rallies llegó a Italia en 1998, toda la atención se centraba en la lucha por el título. Para Carlos Sainz y Toyota, llegaba la primera oportunidad de llevarse el título de pilotos, a falta de tres rallies para el final. Aunque era muy improbable lograrlo en el San Remo, puesto que el madrileño necesitaba ganar y que Mäkinen fuera séptimo o peor. El Rally San Remo tenía otro punto interesante y es que al ser una prueba de asfalto, Peugeot y Citroën -con Jesús Puras en uno de los coches- mandaban a sus coches con tracción delantera -los añorados kit car- para intentar desafiar a los grandes tracción integral japoneses. Incluso Hyundai y SEAT tenían sus nuevos coches en un programa parcial para prepararse de cara a la temporada de 1999.

Pero más allá de los grandes favoritos como podían ser Tommi Mäkinen, Carlos Sainz, Colin McRae o incluso Juha Kankkunen, había un nombre que producía una cierta inseguridad en los pilotos de cabeza. Se trataba de Piero Liatti, un piloto italiano categorizado como uno de esos "especialistas en asfalto" que había demostrado estar a la altura sobre esta superficie tras ganar el Rally Montecarlo de 1997. Además, el transalpino era cada vez más sólido y en llegaba a su rally de casa con un podio en el Tour de Corse y varias otras posiciones en los puntos. Dicho y hecho, Liatti comenzó el Rally San Remo de 1998 con una demostración de talento que le llevó a marcar el primer "scratch" del evento, situándose en cabeza desde el primer momento aunque fuera con tan solo medio segundo de ventaja sobre Mäkinen. En el segundo tramo, el finlandés reaccionó y le sacó cinco segundos a su rival, tomando el liderato del rally por cuatro y medio. Mientras tanto, por detrás no se encontraba a ninguno de los oficiales sino que para sorpresa y delirio de los italianos, Andrea Dallavilla ocupaba la tercera posición con registros que poco tenían que envidiar a los de los dos pilotos que iban luchando por el primer puesto.

Muchos veían al piloto de Mitsubishi a punto de dar un golpe sobre la mesa pero en los tres tramos siguientes, Liatti fue el más rápido y recuperó la primera posición. Desafortunadamente para los aficionados locales, Dallavilla sufrió problemas en su Subaru Impreza del año anterior y perdió más de dos minutos en un tramo... y en el siguiente Liatti volvió a ser superado por Mäkinen. Lo que siguió fue un trepidante duelo entre los dos líderes en el que Mäkinen iba aumentando su ventaja poco a poco y Liatti la recuperaba en los tramos más favorables a su estilo de conducción. Incluso pudo permitirse el lujo de darlo absolutamente todo en los últimos cuatro tramos, siendo Mäkinen en todos ellos. No fue suficiente y el finlandés ganó por apenas quince segundos con Liatti segundo y Colin McRae tercero. Justo por detrás, Carlos Sainz fue cuarto. Era una victoria clave para Mäkinen, que volvía a situarse cerca de Sainz en una lucha por el título en la que todos los puntos eran importantes. ¡Y vaya si lo fueron! Si Piero Liatti hubiera ganado a Tommi Mäkinen en Italia, este último no habría ganado el título a pesar del dramático abandono de Carlos Sainz en Gran Bretaña...  Y por su parte, Dallavilla realizó una gran actuación y a pesar de caer hasta la vigésima posición, consiguió remontar hasta ser octavo. ¡Una lástima por lo que pudo ser!